MONASTERIO DE SAN PEDRO DE CARDEÑA

Ubicado a escasos kilómetros de la ciudad de Burgos, el Monasterio de San Pedro de Cardeña está muy vinculado a la vida del Cid. En este monasterio fue acogida la familia de Rodrigo Díaz durante sus destierros. Aquí se encuentran aquí las tumbas sin cuerpos del Cid y Dª Jimena, su esposa.

Poco queda del templo románico primitivo. Aparte de la torre, lo más interesante es el claustro del siglo XII, denominado «Claustro de los Mártires». Las arquerías alternan los colores rojo y blanco, colores que sin duda recuerdan los arcos de la Mezquita de Córdoba. El resto de las dependencias del Monasterio de Cardeña son, en su mayoría, obra del siglo XV.

La iglesia, de tres naves, es obra de Pedro del Burgo y data de estas fechas. Tiene una sillería de estilo gótico-mudéjar. La Sala Capitular, del siglo XIII, alberga el museo. La iglesia Abacial es esbelta, blanca de luz, desnuda…. al estilo cisterciense.  Construida en el siglo XV (1447-1457) con piedra de sillería caliza y grisácea en los paramentos, blanca -de las canteras burgalesas de Hontoria- en columnas y crucerías.  De cuatro recios pilares, cada uno de ellos con dos metros de diámetro, arrancan las nervaduras de los arcos, en cuyas dovelas centrales se suspenden unos escudos de armas policromados, entre los que figuran el del Papa Eugenio IV -Pontífice que gobernaba el orbe católico el año que comenzaron las obras de construcción de la iglesia de Cardeña-, el escudo del Cid, el de Castilla y León, y el de Cardeña.

La iglesia tiene siete capillas; la capilla Mayor, la que hace de cabecera del templo es pura luz, gracias a sus cinco ventanales de tracería gótica; no hay retablo en el ábside, pero debajo de los tres ventanales frontales destacan tres imágenes: la Virgen de la Asunción, patrona de la Orden Cisterciense (centro), San Bernardo (izquierda) y San Benito (derecha).

San Pedro de Cardeña se constituye como uno de los monasterios benedictinos más antiguos de la península, siendo fundado en el año 899.

Como dato interesante se mantiene en su exterior una lapida donde se supone enterrado Babieca, caballo del CID.

La fachada principal contiene el portalón de entrada al monasterio en el que sobresale un original retablo de estilo barroco, en piedra coloreada.  Destaca en el centro una figura ecuestre del Cid «matamoros», de gran tamaño.  Completan la ornamentación el escudo de armas de Cardeña, con las palmas del martirio en los lados y otro de Castilla y León sostenido por leones rampantes.

El Claustro interior también llamado «De los mártires» es el relicario abierto de Cardeña. Bello, silencioso, acogedor tiene un pozo con brocal.  El ala más antigua que se conserva es de estilo románico (siglo XII), con capiteles originales labrados en piedra de arenisca roja, todos ellos decorados con motivos vegetales.

En sus arcadas se alternan dovelas de color blanco y rojo, un efecto que a muchos evoca, de inmediato, la mezquita cordobesa.  En este claustro fue donde, según la tradición, se produjo el martirio de los 200 monjes de Cardeña hacia el año 834.  Muy próxima a uno de sus ángulos todavía sigue manando una fuente de aguas vivas y frescas.

La Sacristía Mayor es de traza gótica cisterciense, del mismo estilo que la iglesia, Desde ella se accede, después de atravesar otra pequeña pieza -una segunda sacristía con precioso lavabo en forma de concha de peregrino, destinado desde 1547 a las abluciones litúrgicas-, al antiguo archivo monacal y a la Sala Capitular (Museo)  Llegar hasta el archivo tiene un atractivo especial: hay que subir una escalera de caracol del siglo XVI, sin eje central, perfectamente labrada; los escalones encajan a la perfección el uno con el otro.  Esta escalera es una primorosa obra de maestro cantero desconocido.

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