Deputaron a los señores arcediano de Treviño e doctor de Miranda, para estar con el bachiller Andrés de Cerezo e le manden de parte del Cabildo que muestre a los beneficiados e clérigos e mozos de coro de la iglesia, que lleve al obispillo a la iglesia de Sant Nicolás e le dé colación a él e a todos los que vayan con él, que suele dar según costumbre.[1]
Es el segundo documento, [2] conservado desde 1486, sobre la existencia de la figura infantil del obispillo en la catedral de Burgos; un manuscrito del secretario del Cabildo que sustancia la razón de su contenido tradicional: La fiesta de San Nicolás, seis de diciembre. En texto del lexicógrafo humanista, Gonzalo Correas, [3] fiesta de estudiantes, porque aquel día se daba punto y vacaciones por el mucho frío en las partes septentrionales, y hacían obispillos; [4]como en Alcalá de Henares, que cuenta Guzmán de Alfarache, ese pícaro estudiante, cuyas aventuras narra Mateo Alemán,[5]en el último año del siglo XVI; cuando Guzmán, que ha regresado de Italia, ebrio de experiencias lúdicas, cultivado ya en letras, se topa con la fachada plateresca de la Universidad alcalaína, en la que intentaría estudiar teología, pasmado ante tanta belleza, tanta simbología de la sabiduría y del arte esculpida en piedra, brota de su boca, impulsada por el corazón:
¡Oh madre Alcalá!, ¿qué diré de ti, que satisfaga, o cómo para no agraviarte callaré, que no puedo? Por maravilla conocí estudiante notoriamente distraído, de tal manera que, por el vicio, ya sea de jugar o cualquiera otro, dejase su fin principal en lo que tenía obligación, porque lo teníamos por infamia. ¡Oh dulce vida la de los estudiantes! ¡Aquel hacer de obispillos! [6]
Desde tiempo inmemorial, para los niños, es el día de aquellos aguinaldos, cosas de comer o vestir en definición de Sebastián de Covarrubias,[7] que, según la leyenda divulgada por el norte de Europa, regalaba el asiático de Patara, Sinterklaas, un enigmático personaje que monta caballo blanco, con el que trota por tejados y escala sin dificultad empinadas cumbres; lleva mitra, empuña báculo y su cadáver, robado por unos mercaderes marinos, recala en Bari, ese puerto italiano del Adriático que abre puertas a los países balcánicos y Oriente Medio.
Por ello, por esa leyenda ancestral norteña, el obispillo de Burgos y la iglesia burgalesa de San Nicolas son inseparables y, desde tiempo inmemorial a esta parte, el obispillo por ellos (los niños de coro) nombrado y elegido tal día como hoy, que es día de San Nicolás, iba a oír misa y asistir a esa dicha iglesia, y a las vísperas, y vos, los sobredichos clérigos y beneficiados de la iglesia parroquial de San Nicolás, hacíades ciertas ceremonias en el oficio, no más ni menos que si fuese Su Señoría Ilustrísima.[8]
La visita a la iglesia del retablo plateresco que, en su calle central inferior, acoge la figura de San Nicolás, tenía carácter privado, porque la presentación oficial, su toma de posesión con las insignias pontificales, anillo, pectoral y mitra, exceptuando el báculo, símbolo de la suprema jerarquía en la diócesis y el mandato del Obispillo se circunscribe al ámbito catedralicio, ocurriría el día veintisiete, víspera de su fiesta, los Santos Inocentes:
Antiguamente en las yglesias catedrales, en memoria de la santa elección que se hizo de San Nicolás, obispo de Myra, era obispo un infante de coro que, con solemnidad, colocábanle en medio de la iglesia en un cadahalso.[9] Baxava de lo alto de las bóvedas una nube, y parando en medio del camino se abría. Quedavan unos ángeles que traían la mitra y baxavan hasta ponérsela en la cabeça, subiendo luego por la misma orden que avian venido.[10]
La descripción que de la entronización del Obispillo hace el Licenciado, Capellán de su Majestad, Maestreescuela, Canónigo de la Santa Yglesia de Cuenca y Consultor del Santo Oficio de la Inquisición, Sebastián de Covarrubias, es ensoñación escénica que busca el efectivismo del Barroco. La realidad histórica, más pragmática, más en consonancia con la función eclesiástica de la que surge la figura infantil revestida de obispo, nos la proporciona, en primicia cronológica, un pequeño fragmento de un antiguo Libro de los oficios de la catedral de Ruan, en Normandía, esa región norteña de Francia bañada por el Sena, bordeada por el Canal de la Mancha, redactado hacia el año 1065, por su arzobispo, Juan II de Ivri, con el epígrafe de Oficio de los Niños, en su original latino, Officium Infantum:
Dos niños vestidos de túnica y manto, sosteniéndo candelabros de cera encendida, y todos los demás niños de la iglesia con sus capas también llevando velas de cera salgan de dos en dos cantando el responsorio Centum quadraginta, y ordenada la procesión vengan a través del coro al altar de los Inocentes y hagan en él estación;[11] y en acabando, tres niños canten el responsorio Hi empti sunt; acabado seguirán con la antífona Innocentes. Los niños digan Benedicamus Domino. Seguirá la bendición del obispo y un niño cante con voz potente inclinaros para la bendición.[12]
La escena procesional se representa en el atardecer del 27 de diciembre, víspera de la festividad de los Santos Inocentes, ese día dedicado a los niños que se educan en el monasterio o en el colegio catedralicio, originariamente, en la Edad Media europea, con el emblema eclesiástico de Fiesta de los Niños, más tarde, ya en ambiente catedralicio, Episcopus Puerorum (obispo de los niños) traducido en Castilla como Fiesta del Obispillo.
Tanto en el monasterio como en la catedral, coincidiendo con la caída del sol, se interpreta diariamente el canto de Vísperas, un Oficio estructurado ritualmente, siguiendo el ordo monástico o catedralicio, con la recitación de salmos con sus correspondientes antífonas melódicas antes y después de la doxología,[13]que cierra el salmo; un responsorio breve, lectura recitada, y canto del himno reglamentado para esa festividad; tras él, en ambas estructuras, monástica, catedralicia, el canto evangélico del Magnificat. [14]
Y, en el canto del Magnificat, mientras el coro interpreta el versículo siete, deposuit potentes de sede et exaltavit humiles, –depuso a los poderosos de su trono y colocó en él a los humildes– los monjes, o los canónigos catedralicios, cedían las misericordias [15]de la sillería alta del coro a los niños, revestidos de lujosas capas,[16]incluida la sede abacial, o la episcopal que, hasta mañana, ocupará el Obispillo, revestido de pontifical, siguiendo el protocolo episcopal.
Este dramático cambio de jerarquía eclesiástica, protocolo de un día, iniciado en la liturgia medieval, se mantiene en la catedral de Burgos hasta la desaparición del Colegio de los Niños de Coro; un acta capitular redactada por el secretario del Cabildo de nuestra catedral, un veintitrés de noviembre de 1535, reescribe, resumiendo texto, la norma reglamentada en 1065 para la catedral de Ruan:
Este día los señores fablaron sobre cómo se ha de facer la fiesta de los Inocentes, e cometieron al sochantre que ordene que ese día se haga todo al revés, de manera que los mozos de coro sean principales y por tanto, ende al semejante por capellanes y medios racioneros y canónigos y dignidades,[17] todo al revés, siendo hoy los mayores menores. Y que los oficios de aquel día comiencen por las dignidades y que todos trayan sus hábitos eclesiásticos, como ahora, y los mozos de coro con sus sobrepellices y los señores beneficiados sus capas y no usen hábitos seculares ni sayos de seda ni otra cosa semejante.[18]
Durante una jornada completa los dignatarios, los adultos, personas ya en madurez, sentados en la parte baja del coro; arriba, los niños, soñadores, ya en camino de vivir la realidad; toda una metamorfosis atemporal de aquellas fiestas romanas en las que, narraba el fraile dominico, Bartolomé de las Casas, a sus indios catequizados,
en Roma en los días de las fiestas Saturnales o de Saturno, alcanzaban los esclavos o siervos una gran libertad, porque los esclavos se vestían de la indumentaria de los señores, y los señores los vestidos de los esclavos.
Se elegían aquellos días reyes, y como reyes mandaban, y lo mismo los otros oficios y magistrados, y vestiánse de púrpura y grana, y los señores eran vestidos de blanco.
El vestigio de esto parece haber quedado entre nosotros los cristianos en la costumbre que hay de hacer los obispillos en las iglesias catedrales por el día de San Nicolás.[19]
El día siguiente, el día de la fiesta, el veintiocho de diciembre, que conmemora la matanza de niños judíos por mandato del rey Herodes, reglamenta el fragmento litúrgico del siglo XI, es fiesta doble,[20] pero a voluntad de los niños la pueden celebrar como triple;[21]en Castilla, el arcipreste de Hita, hubiera poetizado de seis capas la fiesta;[22]toda una bella metonimia sintetizando seys Capas por seis cantores adiestrados, revestidos de lujosas capas.Así lo establecen los miembros del Cabildo burgalés, como auténticos castellanos; al tratar sobre cómo se ha de hacer la fiesta de los Inocentes, encargaron al sochantre, que ordene aquella fiesta como fiesta solemne de seis capas;[23]una categoría de solemnidad, la más principal, cuya puesta en escena tradicional recogería el Ceremoniale Episcoporum, promulgado por Clemente VIII en 1600,[24] reglamentando las características de la decoración en el interior y exterior de la iglesia, la música que se ha de interpretar, y cuantas rúbricas se han de cumplir en el Oficio Divino y la Misa conventual:
Puesto que regularmente se celebran en la Iglesia Solemnidades Sagradas hay que tener en cuenta que estas se manifiestan no solo en los Oficios y Misa que en ellas se celebra, y que se hace sermón, sino también en los adornos.
Conviene que en esos días de fiesta aparezca todo más esplendoroso que en los días feriales; más esplendorosa la iglesia cuanto mayor sea la fiesta.
En la parte exterior se ha de adornar los batientes de las puertas con flores, ramos y manojos, de variados colores. Encima de la puerta principal se expondrá la imagen o un cuadro, también decorado, relativo a la fiesta que se celebra; debajo, a elegir, los escudos del Sumo Pontífice, Legado Pontificio, Cardenales, Nuncio Apostólico, Obispo, los emblemas de la nación, del principado, de la ciudad, manteniendo siempre la jerarquía: Abajo, los laicos, hacia arriba los clérigos según su dignidad.[25]
Así el exterior; en la normativa estética más puramente barroca; en el interior de la iglesia, en las fiestas de seis capas, reglamenta un Ceremonial castellano, editado en 1635, conviene que la iglesia aparezca más esplendorosa que en los días no festivos; descúbrense todos los retablos, se colgará, por lo menos la capilla mayor, con las sedas que hubiere y se compondrán todos los Altares de lo mejor y más rico que hubiere, en especial el altar mayor. En ellos se pondrán reliquias, imágenes, medallas, y flores en sus ramilleteros, adórnanse las peanas y gradas con alfombras y paños, y todos los demás ornamentos y vasos sagrados serán de lo más precioso y del color competente,[26] cuanto sea posible. Enciéndense en el Altar seis velas grandes a Vísperas y a Misa, y a Maitines desde el Te Deum Laudamus hasta el fin de Laudes; cuatro a tercia, y a Completas dos. Táñese el Órgano a todas las horas.[27]
La descripción del ornato para las grandes festividades es espejo estético de la catedral de Burgos en la fiesta de los Santos Inocentes hasta bien entrado el siglo XX, como lo es la documentación sobre la música interpretada ese día. El Ceremoniale Episcoporum recoge la tradición de reservar los procedimientos musicales más elaborados en su composición para los domingos y fiestas que se celebran durante el año, en las cuales el pueblo se suele abstener de trabajar.[28]
Y los procedimientos más artificiosos, los más primitivos, los más característicos de la monodia litúrgica medieval lo componen la técnica melismática; aquellos infinitos sonidos que se emiten sobre una sílaba a modo de meditación contemplativa sobre el contenido místico del texto; los tropos,[29]que poetizan en prosa o verso los textos litúrgicos; las prosas y secuencias; [30] como prolongación ideológica del canto del Alleluia; la polifonía, esa técnica de superponer varias melodías horizontalmente, que ensayaron aquellos monjes del siglo IX definiéndola como artificio para adornar una melodía en las grandes festividades;[31] y, a partir del Renacimiento, acompañados por uno, dos órganos[32] los ministriles o, progresivamente, la orquesta, los cantores de la catedral de Burgos están obligados a cantar en canto de órgano [33]las misas mayores, vísperas, primeras y segundas, de fiestas de guardar y días de seis capas.[34]
En festividades solemnes o celebraciones emblemáticas de Burgos, a los textos latinos del Ordinario y Propio [35]de la Misa, se unen los villancicos,[36]compuestos en romance por el maestro de capilla: En esa fiesta de los Santos Inocentes la Misa mayor se canta a papeles [37]con un órgano; villancico a la epístola y después de Alzar, por los mozos de coro.[38]A partir del siglo XV, así lo recogen los ceremoniales, después de la Epístola, el canto del Gradual era suplido por un motete, [39] por un Villancico o una obra instrumental; idéntica norma después del canto de la primera parte del Sanctus, porque la segunda parte, Benedictus, se interpretaba después de la Consagración.[40]
Finalizados los ritos litúrgicos, el Obispillo, revestido con los hábitos episcopales, y montado en soberbia mula llevando a uno y otro lado a varias Dignidades y Canónigos de la catedral, también montados en mulas o caballos, recorría esta comitiva todas las calles de la ciudad.
Es de suponer que a este Obispillo se le haría saber la alta representación de que se le investía, y con la gravedad con que debía aparecer ante el pueblo burgalés para cumplir dignamente su cometido; tampoco es menester gran esfuerzo de imaginación para representarse la ingenua y sencilla algazara que el paso del Obispillo y su séquito produciría en los no menos sencillos y nobles vecinos de la vieja Cabeza de Castilla, sus trasportes de alegría, sus zalemas[41]e inclinaciones de cabeza en súplica de la bendición del improvisado Obispo, y el contento y cristiano goce de los capitulares que a tal personaje acompañaban.[42]
Saliendo de las murallas, por la puerta de San Juan, visitaban a los monjes de aquel monasterio que, bajo la advocación de San Juan Evangelista, fundaran, año de 1091, Alfonso VI y su segunda esposa, Constanza de Borgoña, con el apoyo eclesiástico del abad de Chaise-Dieu, en la Auvernia del Alto Loira, Lesmes de Loudon, y en procesión informal, bordeando las aguas del Arlanzón, llegaban hasta el Hospital que, escribe un documento del mes julio de 1213, yo (Alfonso VIII) y mi amabilísima esposa, la reina Leonor hemos construido un hospital para la refección de los pobres, junto a Burgos, cerca del Monasterio de Santa María la Real, en el camino que conduce a Santiago.[43]Allí, en el gótico portalón de entrada, adornado con filigranas platerescas en el siglo XVI, eran recibidos solemne y afectuosamente por aquellos
trece hombres hidalgos, piadosos, para que uno de ellos en nombre y autoridad de la Señora Abadesa (de las Huelgas), presidiese a los demás y a todos según las leyes; ocho freyras, de familias honradas, que hacían la misma profesión que los freyres y siete capellanes y un sacristán nombrados todos por la Señora Abadesa, [44] que Alfonso VIII había establecido desde su fundación en los primeros años del siglo XIV. Ya en el interior del Hospital, se les procuraba asentamiento conveniente a sus personas é fuego para sé calentar segund el tiempo, é fruta, é vino conveniente iteradamente y segund el estado y dignidad del dicho obispo.[45]
Tan arraigada debía estar esta costumbre y tan grata debía ser al pueblo de Burgos, que el Cabildo de esta ciudad sumamente riguroso y fiel cumplidor de todos los pormenores con ella relacionados, no toleraba la menor falta que se cometiera contra el citado obispillo. Prueba de ello lo ocurrido en el año1454:
Parece ser que los Comendadores del Hospital del Rey, agradecidos en un principio a esta atención y fineza del Obispillo en bajar a visitarlos, solían recibirle con gran aparato y obsequiarle, así como a la demás comitiva, de un modo espléndido con ricas frutas, dulces y vinos generosos; pero este año (1454) y el anterior no recibieron con la debida cortesía y afabilidad a este personaje y a las dignidades y Canónigos que le acompañaban.
Lo que indignó tanto al Cabildo catedral que, considerando este desaire como hecho a su alta representación, acordaron no tolerar tal ofensa y reclamar ante su Juez Conservador la observancia de aquella costumbre, convertida ya en ley e infringida por los comendadores del Hospital.[46]
La consecuencia de esto fue un pleito entablado por el Cabildo Catedral, en el que el Abad de Cardeña dictó, con fecha 17 de Julio de 1456, una curiosísima sentencia que contiene, entre otras declaraciones, las siguientes:
Que debemos condenar e condenamos, é mandar é mandamos al dicho Comendador é freires del dicho Hospital que agora son é serán de aquí adelante por tiempo perpetuamente, que, cada un año de los venideros por siempre jamás, el obispo de Sant Nicolás que fuese elegido en la dicha iglesia de Burgos é las dignidades é canónigos della é personas otras que le acompañaren fueren al dicho Hospital por el dicho día é fiesta de los Inocentes, resciban honrosa y decentemente en él al dicho obispo é a las dichas dignidades é canónigos é personas otras que fueren con él é les den é fagan dar asentamiento convenible é decente segund el estado de las dichas personas principales é de los otros que, cabalgando con ellos, fueren, é luego asy mesmo lo conveniente para se escalentar sy el tiempo lo requiere.
Et otrosí, les den é fagan dar honrosamente colación de fruta buena con anís de peros o perazos[47] é vino bueno que non sea de la cosecha de la dicha ciudad, salvo de otro bueno é conveniente a las dichas personas, é segund el estado dellas, é a cada uno de ellos dos veces si lo quisieren tomar. [48]
Fuere por la sentencia judicial, fuere por retomar aquel cumplimiento que Benito de Nursia, había dejado escrito en su Regla de vida monacal que el Cister había adoptado con el voto de cumplirla al pie de la letra, – recíbanse a cuantos huéspedes llegaren al monasterio como al mismo Cristo-[49]los cistercienses hospitalarios de Huelgas volvieron a cumplir con el Obispillo y comitiva, aunque, en verdad, por poco tiempo, porque de nuevo en la Junta capitular de 30 de diciembre de 1493, el arcediano de Briviesca se vio obligado a exponer cómo él y el señor maestreescuela habían ido con el obispillo al hospital e cómo no habían recibido la colación como se acostumbraba, e demás de aquello habían sido descorteses de palabras, e no solamente es la colación, más la injuria recibida.[50]
Pasadas las celebraciones navideñas, también en Junta capitular, propuso el arcediano de Briviesca que había ido a estar con la señora abadesa de Las Huelgas [51]sobre lo de la colación del obispillo, que había cesado de darse en el Hospital del Rey, y en efecto su Merced mandó al comendador del Hospital que la diese, que es razón se diese, e ella de sí lo mandó al comentador; deputaron para ir a tomar la colación del obispillo en su lugar y nombre al sochantre e Bartolomé Sanches de Sedano.[52]
Así de intrincada era la situación de la tradicional visita al Hospital Real por parte del Obispillo y comitiva catedralicia, y no todos los miembros capitulares veían con buenos ojos esta costumbre que al correr del tiempo iba pareciendo cada vez más ridícula. Pero aún había que seguirla, cediendo sin duda al espíritu popular;[53] espíritu popular que habría de validar el Cabildo catorce años más tarde: reunido, ante la inminente fiesta de los Inocentes de 1552,en la capilla de Santa Catalina, acordaron que se votase secretamente por habas blancas é negras sobre si el día de los Inocentes del año de cincuenta y tres irían todos los señores del Cabildo con el obispillo al Hospital del Rey e al monasterio de Sant Juan, e declaró el dicho señor capiscol é canónigo, presidente del dicho Capítulo, que la haba blanca quiere que todos vayan, y la negra que no vayan. Parescieron diez y seis votos de blancas e siete de negras, e así acordaron e mandaron que todos los señores de dicho Cabildo fueran, según dicho es, con el dicho obispillo so pena de cuatro reales por persona a cada uno de los que no fueren.[54]
Para rematar los ininterrumpidos regocijos del día, tras el canto de las segundas vísperas de los Santos Inocentes, la representación de un auto,[55]en el coro de la catedral, tradicionalmente basado en leyendas de la figura de San Nicolás o la matanza de los Inocentes.[56]
Dos emblemáticos monasterios carolingios, Fleury, conocido por la historia del arte como Saint-Benoit-sur Loire, en tierras de Orleans y Saint-Bavón, en Gante, iniciaron la práctica dramática, recogida en el siglo X por la Regularis Concordia; [57] inicialmente, representaciones interpretadas dentro de la liturgia como auténticos tropos escénicos que glosan en lírica, los textos litúrgicos de la festividad como introducción, intercalación o final de un rito. Después, cuando la actividad dramático-musical se trasvase de la liturgia a las escuelas monásticas, la puesta en escena, el espacio, la tramoya pictórica se mantendrán intactas; tan sólo variará la ideología de sus textos, ahora, independientes de la Biblia, y la música, ya alejada del canto gregoriano, aunque a veces introduzcan, dentro del engranaje teatral, antífonas y responsorios del Oficio divino que, al subirse al escenario, dejan de ser litúrgicos.
En Burgos, escribe nuestro maestro de capilla e incansable investigador de los documentos catedralicios, Leocadio Hernández Ascunce, es inmemorable el origen de la representación de dramas sacros en la catedral, donde según las frecuentes citas que en la revisión de libros viejos se leen, tuvieron muchas de aquellas actuaciones escénicas en el templo, caracteres de extraordinaria solemnidad por el lujo de las disposiciones preparatorias, por la asistencia de personalidades y por el motivo o acontecimiento feliz que las impulsaba.[58]
Las fechas con derecho a representación estaban marcadas anualmente en el calendario litúrgico propio de cada monasterio o catedral. La selección o composición de obras, su montaje, ensayo con los niños de coro que formaban el elenco principal de actores, corría a cargo del maestro de capilla por exigencias contractuales de su cargo.
En Burgos, tres fechas conllevaban privilegio obligado de representar un Auto a cargo de los Niños de Coro: Corpus Christi, el día de la fiesta alrededor de la procesión y en su octava, en el claustro bajo; Navidad, y Santos Inocentes, en el interior del templo.Al acto asistían las dignidades de la catedral, los canónigos, los beneficiados, la capilla de música, y tan gran número de burgaleses que, con mucha frecuencia, escribe un acta capitular, hacían gran turbación a las horas e divinales oficios por la mucha gente que a causa dello recreció, de manera que no dexaron estar a los señores y beneficiados do habían de estar, e cómo debían, para lo decir; e ordenaron e mandaron que de aquí adelante ninguno sea osado a faser ninguna representación en el coro ni fuera dél, en toda la iglesia, sin licencia especial del Cabildo para ello, so pena que el que lo tal fixere incurra en pena de diez mil maravedises.[59]
Pasaría casi un siglo, y el problema de esa ya tradicional oleada de público que gustaba disfrutar de la representación de los Niños de Coro continuara creando un problema al Cabildo, ahora precisamente en la fiesta del Obispillo:
Cometieron a los señores. abad de Gamonal y Quintanadueñas que se informasen de las personas que dieron lugar que subiesen a las tribunas del coro el día de los Inocentes próximo pasado, al tiempo que decían vísperas y completas, para ver la representación del auto que fue representado, e bien informados les castiguen, para lo cual les dieron poder completo.[60]
Y con la actuación infantil en el interior del coro de la catedral, allí donde diariamente sus voces solemnizan la liturgia, finalizaba esa fiesta, litúrgica, lúdica, en su aspecto más positivo, más amable, más en consonancia con el espíritu de juego de los niños, aunque, también, progresivamente, aparecerían indudables abusos en estas fiestas de niños, que acaso fueron desnaturalizándose con algún matiz irreverente, conforme fueron participando de ellas los clérigos menores [61] y servidores seglares, no siempre bien intencionados al tratar de desquitarse, con pretexto de estas fiestas infantiles, de rencorosas pasioncillas y supuestos agravios.[62]
El hecho tiene sello medieval, recibido del pasado, de esos años en que la Iglesia necesita sacralizar cuanto ha heredado de una Roma ahogada por la hordas bárbaras para sobre sus cenizas políticas, sociales, culturales, construir una nueva forma de vida, una evolución de futuro, y en ese empeño de adoptación del pasado clásico entran las fiestas que los romanos celebraban en honor de sus dioses; verificar esa transmutación de lo pagano a lo cristiano exige retrotraerse a la Edad Media, a los primeros años del siglo XII; las fiestas que durante los últimos días del mes de diciembre, saturnalia, celebraban los romanos en honor de Saturno, se aceptan como tradición, aunque se reprueben, en la pluma de un obispo, magister de la Universidad de París, Joannes Belethus:
Nos queda hablar de ciertas libertades que, en algunos lugares, se observan durante el mes de diciembre.
En algunas iglesias existe la costumbre de que sus obispos y arzobispos en sus palacios juegan a la pelota, cantan y bailan con sus súbditos entrelazando sus manos. Estas libertades se las llama decembrinas porque entre los paganos era costumbre que durante este mes de diciembre los siervos, las esclavas y los pastores se les concedía cierta libertad, situándoles al mismo nivel que a sus señores, celebrando diversiones conjuntas después de la recolección de las cosechas.
Por mucho que las grandes iglesias, como es la de Ruán, practiquen esta costumbre de diversiones, parece más meritorio que no lo hagan.[63]
En idéntica línea doctrinal establecía y ordenaba el Arzobispado de Burgosque ningún clérigo, ni sacristán, ni beneficiado, bayle ni dance ni cante cantares deshonestos, ni predique cosas profanas, en público ni en secreto, ni se disfrace para hazer representaciones profanas ni en otra manera, ni taña vihuela ni otros instrumentos para baylar, ni vayan adonde corren toros.[64]
El paso de frontera ante la transgresión moral cristiana se documenta, básicamente, en la Francia de los Capetos, y en el Imperio Romano- Germánico; en España, escribe Hernández Ascunce, no llegó a tener esta fiesta el carácter de desenfreno irreligioso ni de procacidad burlesca que fiestas populares de esta índole adquirieron en otros países.
Hay que reconocer en honor de nuestra patria que merced a una prudente y sabia legislación, no se llegó en estas expansiones populares a la repugnante caricatura de la autoridad, como algunos quieren, con motivo de una costumbre de firme y definido matiz espiritual en sus principios.[65]
El texto es otra cara, más ortodoxa, de aquel Obispillo que dibujara, sin justificación documental alguna, el etnógrafo, Julio Caro Baroja, sobrino de Don Pío Baroja, el novelista vasco del realismo fantástico:
El obispillo catedralicio, que solía ser el más joven de los niños cantores, parodiando al obispo verdadero, subía al coro con sus compañeros, que hacían de canónigos, rezaba burlescamente y cometía otras chocarrerías en imitación del prelado. Multaba a los capitulares, y con el importe de las multas, al concluir la fiesta, tenían una cena.[66]
Y, entre lo ortodoxo de Hernández Ascunce y lo heterodoxo de Caro Baroja, en Burgos, el Cabildo se limita a encargar al licenciado Cuevas e al sochantre e a Diego de Bilbao que fagan refrenar las deshonestidades del día de los Inocentes e sermones sucios. Las advertencias sobre los peligros de un desmadre se van analizando con más frecuencia y más exigencia; así en el año1519, reiterado en la convocatoria capitular de 13 de diciembre de 1529:
Este día los dichos señores fablaron cuán deshonestamente se celebraba la fiesta de los Inocentes, así trayendo personas para presidir que decían grandes suciedades e otros siendo dignidades e canónigos e presbíteros andaban en hábitos seglares e muy profanos, lo cual todo era en deservicio de Dios e muy deshonesto, lo cual visto por los dichos señores cometieron a los señores licenciados de Frías e Alonso de Cuevas e al sochantre, para que den orden cómo se faga el dicho oficio más honesto.[68]
Ante esta realidad, quizá ya desbordada, los miembros del Cabildo burgalés hablaron largamente e dijeron sus paresceres sobre si dende aquí adelante, víspera de Sant Nicolás elegirían obispillo como ha sido costumbre antigua, e después de haber dicho sus paresceres particularmente cada uno por sí, dijeron que, visto lo que los derechos disponen y el concilio de Constanza,[69] e por otras causas justas que les movían e movieron, acordaban que de hoy en adelante no se elija el dicho obispillo en tiempo alguno del mundo ni se tracte más que le haya.[70]
Las razones esgrimidas para la prohibición se basan en que de hacerse representaciones y remembranzas en las Yglesias se han seguido y siguen muchos inconvenientes y muchas vezes se escandalizan los ignorantes, viendo los desórdenes y excesos que en ellos pasan.
Por eso estatuimos y mandamos a todos los curas de este arzobispado de Burgos y a todos los clérigos y personas religiosas que no hagan, ni den lugar en las dichas yglesias se hagan las dichas representaciones, sin nuestra especial licencia o de nuestros provisores generales. [71]
La orden catedralicia no tuvo reacción alguna, y los niños del Colegio de Santa Cruz siguieron eligiendo Obispillo la víspera del día de San Nicolás, celebrando su liturgia, en las sillerías altas del coro, el día 28 de diciembre, visitando a los monjes benedictinos del Monasterio de San Juan y a los cistercienses del Hospital del Rey, representando su obra teatral, cayendo, un día al año, en idénticos desmadres de burla y chanza; todo ello, hasta la última acta, conservada, referente a la figura del Obispillo de Burgos, año 1848:
El mismo señor Pamplieha y el señor Tros, como proponedores de cabildos espirituales, manifestaron que en la noche del Nacimiento de Nuestro Señor Jesucristo, en la misa de pastores, y en el día de Santos Inocentes, han pasado en este año algunas cosas escandalosas en esta santa iglesia, producidas por personas privadas del uso de razón y por la irregularidad del canto que tienen en estos días los niños del coro, así como por tocarse instrumentos que no son propios del templo y hacerse algunas ridiculeces ajenas del lugar sagrado en los divinos oficios, por lo que les parecía que para evitar estos excesos la misa de pastores se dijese a las siete de la mañana, privándose tanto esta esta misa como en el día de Santos Inocentes de canto irregular, el que toquen instrumentos que excitan la risa y que se hagan cosas ajenas a la gravedad del culto. Lo que habiendo sido examinado y discutido por el Cabildo se acordó que tanto en la misa de pastores como en la del día de Santos Inocentes, aunque los niños de coro le rijan según costumbre, se prohíba el canto irregular, el tocar instrumentos que no son de uso en la iglesia y el hacer cosas que quiten la devoción, bajo la pena de expulsión del colegio al niño que contraviniere, que los señores jueces capitulares procedan contra los que faltaren a este acuerdo.[72]
NOTAS
[1]Archivo Catedral de Burgos, (A.C.B.) Acta 24 noviembre, 1486, López Calo, José, La música en la Catedral de Burgos, Documentario musical, (14 vols.) Burgos, Caja de Ahorros del Círculo Católico, 1996, vol. III, p. 34.
[2]El primero está fechado en 1454.
[3]Jaraiz de la Vera, Cáceres, 1571-1631
[4]Correas, Gonzalo, Vocabulario de refranes y frases proverbiales y otras fórmulas comunes de la lengua castellana. (edit. Madrid, tip. de la Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos, 1924)., p. 624.
[5]Sevilla, 1547-Méjico, 1614.
[6]Mateo Alemán, Vida y aventuras del pícaro Guzmán de Alfarache, Libro I, Madrid, 1599. Libro II, Lisboa, 1604. (edit. Barcelona, Juan de Olivares, 1843) 2ª ‘parte, libro 3º, capitulo IV, p.294.
[7]Sebastián de Covarrubias, Tesoro de la lengua castellana o española, Madrid, Luis Sánchez, 1611.
[8]A.C.B. Acta 6 diciembre, 1552. López Calo, op. cit. vol. VIII, p. 331
[9]Cadahalso: tablado que se hace en lugar público para hacer algún auto de solemnidad. Covarrubias, op. cit.
[10]Covarrubias, op. cit.
[11]En la primitiva liturgia era el templo donde el Papa celebraba Misa ese día. A partir de la Edad media se utiliza como parada en ciertos lugares concretos de una procesión.
[12]Joannes Archiepiscopues Rotomangensis, , Officium Infantum ,siglo XI, Migne, Jacques Paul (1800-1875), Patrologiæ cursus completus, series latina, París, 1802-1865. vol. 147, col. 1353.
[13]Invocación a la Santísima Trinidad, Gloria Patri et Filio et Spiritu sancto.
[14]Evangelio de San Lucas, cap. I, 46-55
[15]Resalto colocado en el borde de los asientos móviles de los sitiales góticos. Cuando dicho asiento se levanta, la misericordia sirve de punto de apoyo a la persona que parece estar de pie en el sitial. Las misericordias de los sitiales góticos afectan forma trapezoidal o triangular y están por lo común, decoradas con bajo relieves y figuras simbólicas o grotescas. Adelaine, Jules. Vocabulario de términos de Arte, Madrid, La Ilustración Española y Americana,1887.
[16]Joannes Archiepiscopues Rotomangensis, fragmento cit
[17]Enumeración de los cargos oficiales de la catedral de menor categoría a mayor.
[18]A.C. B. Acta 23 noviembre 1535, López Calo, op. cit. vol. III, p.71.
[19]Bartolomé de las Casas, Apologética historia de las Indias, en Caro Baroja, Julio, El Carnaval, Barcelona, Círculo de lectores, 1992, nota 21, p. 365
[20]Officium Duplex: El término lo toma del hecho de que en esos días se duplican las Antífonas; se cantan las Antífonas completas antes y después del Salmo, práctica que no ocurre en los otros días que tan solo se incoa el principio de la Antífona y se canta completa tras el Salmo. Breviarium Ilerdense, 1571.Las Rubricae Generales Breviarii editado por decreto del Concilio de Trento en 1668 reseñan y concretan las características prácticas de las diferentes categorías – Duplex, Semiduplex, Simplex, categoría que corresponde a cada día del año litúrgico, las festividades que incluye cada categoría y la estructura del Oficio Divino para cada fecha.
[21]Joannes Rotomagensis, fragmento cit.
[22]Arcipreste de Hita, Libro de Buen Amor, verso771.
[23] A. C. B. Acta 23 noviembre, 1535. López Calo, op. cit. vol. III, p.71.
[24]Ceremoniale Episcoporum, Clemente VIII, Roma, 1600.
[25]Ceremoniale Episcoporum cit. Libro primero, p. 59.
[26]El color de las vestiduras sacerdotales para la celebración de la Misa varían dependiendo de cada tiempo litúrgico y fiestas solemnes.
[27]Ceremonial monástico conforme al breviario y misal que su Santidad de Paulo V concedió a todos los que militan debaxo de la santa regla de San Benito. Salamanca, Jacinto Taberner, 1635.
[28]Ceremoniale Episcoporum, cit. libro I, cap. XXVIII, sobre el órgano, organista y de los músicos o cantores y normas que han guardar en los Oficios divinos.
[29]En la liturgia medieval el término Tropo abarca todo texto y toda música que no siendo litúrgicas se intercalan dentro de las diferentes secciones de los textos litúrgicos.
[30]Prosa, una estructura, en versos binarios, basados en igualdad de sílabas y en igualdad de rima, generalmente rima sobre la vocal A como reminiscencia de la última sílaba del Alleluia dentro del que se interpretaba los versos de nueva invención.
Secuencia, originariamente Versos que seguían al canto del Alleluia como ya documenta un Antifonario de Mont-Blandin, siglo IX, con el nombre de Alleluia cum sequentia; su estructura queda encorsetada en una triple igualdad: igualdad de sílabas, de acentos, de rima, todo ello en forma binaria.
[31] Anónimo, Musica Enchiriadis. Gerbert Martin, Scriptores ecclesiastici de musica sacra potissimum (3 vols.), St. Blaise: Typis San-Blasianis, 1784, Vol. I, p. 172.
[32]Los «días clásicos» en Vísperas y Misa Mayor, se tocan ambos órganos a la vez, por lo cual ha habido necesidad de sujetarlos a un mismo diapasón. Llacayo, Augusto, Manual del Viajero en la Catedral de Burgos, Burgos Imprenta de Sucesor de Arnaiz, 1899. p. 21.
[33]En polifonía
[34]A.C.B. s/f. López Calo, José, op. cit. vol. VIII, p.333.
[35]La estructura musical de la Misa se divide en: Ordinario de la Misa: textos que se interpretan en todas las Misas: Kyrie, Gloria, Credo (ambos cuando lo marca el calendario litúrgico) Sanctus, Agnus, Ite, Missa est, suplantado por Benedicamus Domino, cuando a la Misa sigue otro acto.
Propio de la Misa: textos y música que tan sólo se interpretan en una festividad concreta: Introito, Gradual, Alleluia, suplido por el Tracto en Cuaresma y Misa de difuntos, Prosa o Secuencia, Ofertorio, Comunión.
[36]Villanesca: Las canciones que suelen cantar los villanos quando están en solaz. Pero los cortesanos, remedándolos, han compuesto a este modo y mensura cantorcillos alegres. Este mismo origen tienen los villancicos tan celebrados en las fiestas de Navidad y Corpus Christi. Covarrubias, Sebastián de, op. cit.
[37]Indicación de interpretar la música en polifonía.
[38]Momento ritual que corresponde a la Consagración
[39]Composición de voces, cuya letra es alguna sentencia de la Escritura. Cantase en las yglesias catedrales los días de domingo y festivos, teniendo consideración a que la letra sea del rezado de aquel día; hasta la Hostia postrera y porque se ha de medir desde el alçar hasta la Hostia postrera, se dixo motete, sentencia breve y compendiosa, dando a entender a los maestros de capilla que la letra ha de ser breve y no han de componer a modo de lamentaciones. Covarrubias, op. cit.
[40]Hernández Ascunce, Leocadio, Registrando Cantorales. Villancicos representables, Burgos,Boletín de la Comisión Provincial de Monumentos Históricos y Artísticos, (B.C.M.H.A.)1933, 2º trim. pp. 446ss.
[41]Reverencias
[42]Rodríguez López, Amancio. El Real Monasterio de las Huelgas de Burgos, Burgos, Imprenta del Centro Católico, 1907, pp.286ss.
[43]Rodríguez López, Amancio, op. cit. apéndice nº 106.p.494.
[44]Ibid. p. 94.
[45] Ibid. p. 286.
[46] Ibid.. p. 286.
[47]Especie de manzana, Covarrubias, op. cit. (se trata de la sidra)
[48] Albarellos Berroeta Juan: Efemérides burgalesas, Burgos, Imprenta del Diario de Burgos, 191.
[49]Regla de San Benito, cap. 53, Cómo se ha de recibir a los huéspedes.
[50]A.C.B. Acta 30, diciembre, 1493, López Calo, op. cit. vol. III, p. 35.
[51]En ese momento Leonor de Mendoza. Abadesa: 1486-1499.
[52] A.C. B. Acta 24 enero, 1494, López Calo, op. cit. vol. III, p.35.
[53]Hernández Ascunce, Leocadio, Glosario de costumbres catedralicias en la Edad Media, B.C.P.M.H.A. 1938, 4º trim p. 169
[54] A.C. B. Acta 23 diciembre, 1552. López Calo, op. cit. vol. III, p.105.
[55]La representación que se haze, de argumento sagrado, en la fiesta de Corpus Christi y otras festividades. Covarrubias, op. cit.
[56]Durante el siglo XII se componen las propias de esta fiesta: Auto de san Nicolás, La imagen de San Nicolás, Ordo Rachaelis, La matanza de los Inocentes. Del teatro medieval castellano no se conserva obra alguna sobre esta temática.
[57] Regularis Concordia, ms. s. X, British Lybrary, Londres.
[58]Hernández Ascunce, Leocadio, Glosario cit. B.C.P.M.H.A. 1937, 3º. Trim. p. 589.
[59]A. C. B. Acta 29 diciembre, 1486, López Calo, op. cit. vol. III, p.34
[60]Ibid. Acta,10 enero, 1569, vol. III, p. 155.
[61]Se refiere a las siete ordenes menores que precedían a la ordenación de las tres mayores: subdiácono, diácono, presbítero.
[62]Hernández Ascunce, Leocadio, La fiesta española del obispillo, España Sacro Musical, septiembre 1932. p. 372.
[63]Joannes Belethus, Rationale divinorum officiorum, Migne, op. cit. vol. 202, col.123
[64]Constituciones synodales del Arçobispado de Burgos, copiladas, hechas y ordenadas agora nueuamente,conforme al sancto Concilio de Trento, Burgos, Felipe de Iunta, 1575, p. 126
[65]Hernández Ascunce, Leocadio, La fiesta española del obispillo,cit. p. 372.
[66]Caro Baroja, Julio, El Carnaval, Barcelona, Círculo de lectores, 1992, p.359.
[67] A.C. B. Acta 12, diciembre, 1516. López Calo, op. cit. vol. IIII, p. 54
[68]Ibid. Acta 30 diciembre, 1519, vol. III p.55 / acta 13 diciembre, 1529, vol. III p. 65.
[69]Concilio de Constanza, convocado, año 1413, por el Rey de Hungría, Segismundo de Luxemburgo, autoproclamado Emperador del Imperio Romano Germánico y el antipapa italiano Juan XXIII.
[70]Ibid. Acta 9 diciembre, 1551, vol. III, p. 103.
[71]Constituciones synodales del Arzobispado de Burgos, compiladas […] conforme al Santo Concilio de Trento, por el Ilustrísimo y Reverendísimo señor Francisco Pacheco de Toledo, primer arzobispo y perpetuo Administrador del dicho Arzobispado, en el Synodo que por su mandato se hizo y celebró en la ciudad de Burgos, año de MDLXXV, p. 235.
[72]A. C. B. Acta 7 enero, 1848, López Calo, op. cit. vol. VIII, p. 27.