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– PASIÓN VIVIENTE DE VILLALBILLA DE BURGOS. – Por Felipe Castrillo Mardones

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El verdadero promotor de la Pasión Viviente en Villalbilla de Burgos fue el padre Félix Martínez, un sacerdote redentorista que vino invitado por el párroco del pueblo don Nicasio, la primera vez sobre el año 1970 o 1971, no recuerdo exactamente la fecha, para realizar los ejercicios espirituales por Semana Santa, se ganó la confianza del pueblo y éste asistía gustoso a sus explicaciones. La procesión que se realizaba el Viernes Santo, consistía en ponerse un vecino del pueblo un vestido con capucha morado entero y con los ramos que habían sobrado del domingo de ramos se hacía una corona y salía con una cruz a cuestas haciendo un recorrido por algunas calles del pueblo y volver otra vez a la iglesia, el pueblo lo sentía como una tradición pero no lo vivía intensamente, tal vez por eso desapareció.

El año 1973 cuando vino el padre Félix otra vez, nos propuso a la juventud, (pues coincidió que por esa época estaba integrada la mayoría en la Peña el Pato, nos reuníamos en el salón parroquial y participamos activamente de los ejercicios espirituales), la idea de realizar una Pasión Viviente, comenzando el Jueves Santo haciendo el prendimiento de Jesús, el Viernes Santo se realizaría la escena de los sumos sacerdotes con Caifás, el juicio de Pilatos, seguido del Viacrucis, acabando con la Crucifixión de Jesús y el Sábado Santo se celebraría la Resurrección del Señor.

Al principio nos parecía casi imposible que pudiéramos realizar tantas cosas pero él nos animó, preparó los diálogos y ensayamos muy poco porque no había tiempo prácticamente, todo fue muy rápido, nos motivó mucho y en pocos días se organizó todo, la primera cruz la hicimos de los palos de una portería del campo de futbol que había en las eras de San Roque, e improvisamos los vestuarios que fueran lo más parecidos a la época.

El Jueves Santo se hizo el prendimiento, debajo de un olmo muy grande que estaba al lado de la casa del médico, (lo tiraron todo, la vivienda y el árbol cuando hicieron el polideportivo), que consistía en realizar lo que dice el Nuevo Testamento, Jesús estaba en el Huerto de los Olivos, cuando fueron a buscarle, Judas le dio el beso traicionero, Pedro sacó la espada y le cortó la oreja a uno de los enviados por los sumos sacerdotes y desde allí se iba a la iglesia donde se le metía a Jesús preso, se realizó varios años y siempre era de noche, cuando se hizo el polideportivo, tiraron el olmo y la casa del médico, quedándonos sin huerto de los olivos, se podía haber buscado otro sitio, pero no se buscó y esta actividad dejo de realizarse.

El primer Viernes Santo, en la entrada de la iglesia se hizo lo que prácticamente se hace en la actualidad, la escena de Caifás y los Sumos Sacerdotes, y el juicio de Pilatos en la plaza del pueblo, después se realizó el Calvario que éste año se subió por el camino del colmenar y cerca del mismo se realizó la crucifixión, este primer año en la tercera caída se partió un bazo de la cruz, por tal motivo no se crucificó a Jesucristo, lo que nos motivó más para hacerlo mejor en años sucesivos, en realidad se vivió intensamente la Pasión del Señor en Villalbilla de Burgos este año, que nos dejó marcados para años sucesivos y vivirla con intensidad.

En años sucesivos se cambió el itinerario y se hace en la puerta de hierro de la iglesia la escena de los sumos sacerdotes y Caifás, luego se fue con Jesús hasta la plaza del pueblo y frente al edificio del ayuntamiento antiguo se hizo el juico de Pilatos, después empezó la procesión, se hizo la primera caída, luego fue el encuentro con la Virgen, más adelante el centurión sale en busca del cirineo y lo obliga a ayudar a Jesús, sigue la procesión y aparece la Verónica cuando le limpia el rostro a Jesús y se queda grabado en la tela, más arriba tiene lugar la segunda caída, luego aparecen las mujeres de Jerusalén, se sigue más adelante y tiene lugar la tercera caída y por fin es la crucifixión, cuando los ladrones que también fueron crucificados tienen un diálogo entre el ladrón malo y el ladrón bueno, a continuación Jesús dice las siete palabras, después de morir se le baja de la cruz y se le recoge en el regazo de María, se carga a Jesús en las andas y en silencio prosigue el entierro hasta la iglesia. Todas las secuencias van acompañadas de un diálogo y de una explicación o reflexión que dice el sacerdote cuando acaban las frases de los protagonistas.

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El Sábado Santo se hacía La Resurrección en la iglesia, se hizo durante unos cuantos años, no sabría decir con exactitud, después de la misa de la Luz, se apagaban todas las luces y se colocaban dos soldados romanos como que estaban vigilando el sepulcro de Jesús, frente al altar y el que hacía de Jesucristo, se escondía detrás del altar y se colocaba una tabla inclinada, entonces se daba una luz que se dirigía a los soldados romanos, éstos decían un pequeño dialogo y de repente se apagaban las luces y se oían unos ruidos parecidos a truenos y unos destellos como si fueran relámpagos y los romanos se caían al suelo desmayados de miedo, se encendía un foco dirigido al altar y empezaba a subir Jesucristo despacio, se iba poniendo de pies y luego subía por la tabla inclinada despacio y hacia atrás con los brazos abiertos, el efecto impresionaba bastante, luego se apagaba la luz y Jesús se escondía otra vez, se daban las luces y era cuando aparecían los dos discípulos y María Magdalena, comprobaron que Jesús había resucitado y se fueron, acabándose de ésta forma unos días muy intensos de dedicación prácticamente exclusiva.

Los ruidos los grabamos en un radiocasete y se hicieron con los mismos bancos de la iglesia arrastrándolos, levantarlos de una punta y dejarlos caer en la tarima del suelo, los relámpagos se hicieron con flases de cámaras de fotos.

Al principio era la Peña el Pato la que lo financiaba y organizaba todo y con la ayuda del padre Félix por supuesto, hasta que se decidió crear una cofradía de Semana Santa, pues aquí no solamente participaba la peña, también participaban muchos vecinos del pueblo que no eran de la peña, llevándose las cuentas a parte.

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Se hicieron socios de la cofradía la mayor parte de ciudadanos del pueblo, se asignó una cuota y por tratarse de una actividad relacionada con la iglesia, se decidió que sería siempre el presidente de la cofradía el sacerdote que esté en Villalbilla de Burgos asignado oficialmente, el primer presidente fue don Luis Martínez Pardo.

Los primeros trajes de romanos los consiguió el padre Félix y poco a poco fuimos mejorando en todo, se hizo una cruz nueva en mejores condiciones que las anteriores, los vestuarios se mejoraron, se hizo un recorrido nuevo, que es el que se realiza en la actualidad, la banda de música también se organizó, al principio venían unos soldados de un cuartel de Burgos cercano a las Huelgas Reales, hasta que ya conseguimos organizarnos y formar la banda de música propia, el escenario del juicio de Pilatos también se mejoró considerablemente, se compró una megafonía, se organizó el personal del orden, la Exma. Diputación Provincial nos deja las vallas para cerrar algunas calles y marcar en el lugar de la crucifixión la zona adecuada de seguridad, etc, prácticamente el pueblo entero participaba, si no era en una cosa era en otra.

Un año se hizo por la noche, se prepararon antorchas para el recorrido, en el lugar de la crucifixión se pusieron unos focos y se hicieron unas hogueras, se trabajó mucho para organizarlo pero el tiempo no acompañó, se puso a llover con fuerza, se apagaron las antorchas y las cosas no salieron como lo habíamos calculado, así que en años sucesivos se decidió no volver a hacerla por la noche.

Cada año vienen a honrarnos con su presencia miles de personas, de la provincia de Burgos, Castilla y León, también de otras comunidades autónomas, dependiendo mucho del tiempo, si hacía bueno la afluencia era mayor que cuando, hacía mucho frío, lloviendo e incluso algún año nevando, desde el año 1973, se ha realizado todos los años seguidos hasta la actualidad.

Todos los años se están mejorando cosas, vestuarios, escenario, lugar de la crucifixión, megafonía y altavoces, etc.

Los trajes de los romanos que trajo el padre Félix se quedaron muy pequeños, porque los que hacían de soldados iban creciendo, así que se decidió hacer otros trajes no sabíamos cómo hacerlos, a alguna persona se le ocurrió que en Sasamón habían realizado una película relacionada con los romanos, así que fueron y les solicitaron por favor nos dejaran algún traje de romano para tener una referencia de cómo hacerlos, dijeron que debían de consultarlo, pasado un tiempo nos dejaron unos trajes, un grupo de mujeres de Villalbilla de Burgos el año 1992 se pusieron manos a la obra, se compró la tela en Torrelavega en la Textil Santanderina, hicieron los trajes y los correajes, se compraron medias y sandalias, para los soldados y la banda de música, se devolvieron los trajes a Sasamón y nosotros estamos muy agradecidos por lo bien que se portaron con nosotros, se compró bastante tela para mejorar los vestidos de la plebe, también este año se compró la megafonía, el gasto fue considerable, el dinero salió de las cuotas de los socios de la Cofradía de Semana Santa, de una colecta especial, de unas rifas que se hicieron y lo que faltaba lo aportó el Ayuntamiento de Villalbilla de Burgos.

Conseguimos a través de una persona unos cascos del ejército que estaban fuera de servicio, les hicimos las formas añadidas de chapa y se las soldamos, un vecino del pueblo hizo con lana los adornos; para las lanzas compramos en una fundición que había en Villalbilla lo que es la punta que se colocan en rejas de vallar, luego compramos los palos y los colocamos; los trajes son artesanales realizados por personas del pueblo menos las medias y las sandalias.

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El padre Félix ya llevaba unos años que no venía por Villalbilla, pero no habíamos perdido el contacto con él, vino cuando se celebró el 20 aniversario y tuvimos que insistirle a don Luis el sacerdote de Villalbilla para que lo invitara y que estuviera esa Semana Santa del año 1993 con nosotros, para éste año habíamos dedicado más esfuerzos los años anteriores con el fin de que cuando viniera el padre Félix, lo que él había iniciado se estaba superando y se llevase una satisfacción grande, precisamente es año nos falla la megafonía y los diálogos de las diferentes secuencias no se oyeron bien, llevándonos un disgusto considerable, todo lo demás salió como lo habíamos previsto, muy bien.

Un año estuvo a punto de no realizarse la Pasión Viviente, debido a cierto malestar que se creó por que la persona que hacía de Jesús, no era de Villalbilla de Burgos; ésta persona solicitó a la cofradía de semana santa si podía hacer de Jesús este año, la cofradía lo consultó y decidió primero preguntar a la persona que hizo el año anterior, ésta dijo que no iba a poder por que iba a estar mal de tiempo para poder realizar los ensayos y si había otra persona mejor, se convocó una reunión general y se expuso el tema éste y otras cosas, quedó todo aprobado y se le permitía hacer de Jesús, así que se le dieron los diálogos para que los fuera aprendiendo y ya se le avisaría para hacer los ensayos.

Luego, cuando faltaban pocos días de la Pasión, un grupo de personas decían que Jesús tenía que ser de Villalbilla de Burgos y se resistían a participar, por fin se solucionó todo y la Pasión se realizó, quedando muy contentos todos por lo bien que vivió el papel de Jesús, ésta persona que es de Villacienzo.

Cuando se celebró el 25 aniversario de la Pasión Viviente en 1998, se colocó una piedra en la plaza que está al lado de la iglesia en un jardín conmemorando los veinticinco años seguidos de este acontecimiento tan importante para Villalbilla de Burgos.

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Este año 2014 se cumple el 41 aniversario y la 42 representación, una vez más se unen los vecinos de Villalbilla de Burgos y se preparan para vivir intensamente la Pasión del Señor.

Anécdotas ocurridas se podrían contar muchas, yo voy a contar dos que más recuerdo me han dejado:
Un año, hacía de Jesús un chico del pueblo y de verdugo su hermano, los verdugos llevan dos látigos, uno es de verdad y con el dan en la cruz, haciendo un ruido característico de un buen latigazo, el otro látigo es de lana que es con el que se le da a Jesús, pues el hermano que hacía de verdugo, vivía su papel tan intenso que se equivocó de látigo y le daba con el de verdad a Jesús, este se estremecía y decían algunas lo personas que estaban viendo lo bien que representaba el papel, hasta que alguien se dio cuenta y le avisó al verdugo, este se quedó con buen disgusto, pues lo hizo sin querer.

La otra anécdota fue un año que hacía mucho frío y venía un aire fino con nieve, ese año se fue más rápido, tanto que cuando bajaron a Jesús de la cruz, le colocaron en las andas y se procedió al entierro, dejándose olvidados a los ladrones en las cruces, nos bajamos todos y menos mal a los padres de los ladrones que fueron los que les bajaron de la cruz y les metieron en un coche ateridos de frío.

Carlos Felipe Castrillo Mardones

LA PEÑA EL PATO Y SU IMPORTANCIA EN LOS PRIMEROS AÑOS DE LA PASIÓN VIVIENTE DE VILLALBILLA DE BURGOS. -Por Carlos Felipe Castrillo Mardones-.

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         IMAGEN DE ALGUNOS SOCIOS DE LA PEÑA EL PATO

Era la década de los años 60, cuando un grupo de chavales del pueblo, íbamosa casa de Ignacio Gutiérrez Otegui, a jugar a las damas, el ajedrez, las cartas y varios juegos de mesa.

Ignacio era una persona que cuando era jovencito andaba bien, pero porcircunstancias de la vida, poco a poco fue degenerando hasta que no podíaandar y luego iba en silla de ruedas.

Ignacio era alegre, muy inteligente y en algunas ocasiones sacaba su genio  dando un golpe en la mesa cuando se enfadaba, pero siempre demostraba un enorme cariño a Villalbilla.

Un buen día le vino la idea de formar una peña recreativa y cultural, para eso nos propusimos unas metas los que a su casa íbamos, una de ellas era recuperar las fiestas patronales con las dianas, pues llevábamos unos años que en Villalbilla de Burgos no se celebraban, debido a que eran muy deficitarias y los quintos se cansaron de trabajar organizándolas y además, poner bastante dinero de sus bolsillos.

El Ayuntamiento aportaba una pequeña cantidad económica en proporción con lo que costaban los dulzaineros, y la banda de música, para tocar las dianas, las danzas a Nuestra Señora de la Asunción y a san Roque, el baile “vermut” a medio día, el baile de la tarde y la verbena. La anécdota que cubre el nombre de la peña “El Pato” viene de una chica con la que nos carteábamos y en el sobre de estas cartas dibujábamos este pato, y por eso, nos acabamos llamando la peña “El Pato”.

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La mayoría de los socios éramos chicos y también había alguna chica, casi paralelamente unos años más tarde, nació otra peña mayoritaria de chicas(aunque también tenía algún miembro masculino) que se llamaba “Las Conejas”.

Las dos peñas nos poníamos de acuerdo y hacíamos guateques en el salón parroquial, que nos costó bastante convencer a don Nicasio, (el sacerdote del pueblo), los domingos después del rosario, (pues ere condición imprescindible), íbamos al salón parroquial y allí preparábamos la fiesta, nos lo pasábamos muy bien y, aunque algunas veces se enfadaban las chicas y no iban, ¡ese día para nosotros era más aburrido¡ pero seguíamos yendo.

Poco a poco se fueron sumando más socios, y nos empezamos a reunir en el salón parroquial porque en casa de Ignacio no cabíamos, Los socios de la peña el Pato, nos reuníamos todos los domingos después de misa, se decían las cuentas, se pagaban las cuotas que poníamos de la propina semanal y lo que nos proponíamos a corto y largo plazo.

De vez en cuando hacíamos actividades, como una limpieza por el pueblo, recoger papeles tirados, excursiones hasta la Plantida con Ignacio, etc., En la primer fiesta de Nuestra Señora y san Roque que organizamos, tuvimos algunos problemas, los dulzaineros no llegaban a tocar en la procesión la jota a la Virgen, algunas personas nerviosas se enfadaban con nosotros, por fin llegaron, el motivo fue que también tocaban en Tardajos y el horario de misa eran parecidos y no les daba más tiempo, se calmó todo y la fiesta siguió, el día San Roque, sin dormir prácticamente ninguno, llevábamos chocolate, bizcochos y moscatel para darlo mientras se tocaban las dianas, empezábamos a las siete de la mañana y nos daba el tiempo justo para llegar a bailar la jota a san Roque, este día los dulzaineros llegaron normal, mientras dábamos las dianas, era costumbre dar la propina los vecinos, para ayudar apagar los gastos de la fiesta, también rifamos un cordero y se pedía la voluntad en el baile, que también era costumbre en todos los pueblos de alrededor, estábamos muy preocupados porque no nos llegaba el dinero para pagar a los músicos, por fin salió en la verbena lo suficiente para pagarles las 60.000 pesetas que cobraban, se las pagamos mucho en calderilla que era lo que teníamos, pues no había más, el Ayuntamiento había quedado en colaborar con 17.000 pesetas, pero nos dio 14.000 pesetas por llegar tarde los dulzaineros.

El año 1973, la Peña el Pato, se registró oficialmente en el Registro Civil como Asociación Recreativo y Cultural con unos estatutos y aunque ya existía unos años ates, la fecha oficial de su fundación se considera desde el momento que se registró oficialmente.

Hablamos con el alcalde que por esas fechas era José Velasco Medina, le solicitamos la escuela que llevaba unos años que no funcionaba como tal y se estaba deteriorando mucho, el alcalde nos dijo que no podía de momento dejárnosla porque pertenecía al Ministerio de Cultura y tenían que hacer unas gestiones para que pasasen a pertenecer al ayuntamiento, hizo las gestiones y cuando pudo nos dejó la escuela donde habían dado clase a las chicas del pueblo, tenía muchas goteras, los techos y las paredes estropeadas, trabajamos mucho para acondicionarlas, pues tuvimos que retejar, picar paredes y techos, dar yeso, pintar, etc., todo lo hicimos entre nosotros, cada uno hacía lo que podía, aunque dar el yeso le tocó más a un socio que sabía darlo y una vez de estar bastante decente comenzamos a hacer actividades culturales, como el festival de villancicos, obras de teatro, la fiesta de noche vieja y año nuevo, organizábamos la cabalgata de reyes, tratamos de recuperar el jueves de todos o la merendilla, con sus cánticos, uno de ellos era:

«Este gallo ya no canta, que le duele la garganta

Por comer cebada ajena, de los chicos de la escuela.»

Se arregló la bolera y se puso una valla protectora, en esa época se creó una buena afición a los bolos, de la modalidad burgalesa, participando en campeonatos provinciales con unas clasificaciones muy buenas, la tuta fue otro juego que se recuperó, participábamos en campeonatos provinciales de cros, organizábamos la Pasión Viviente, hacíamos excursiones a la sierra, al nacimiento del Arlanza en Quintanar de la Sierra, a Pineda de la sierra y San Leonardo de Yagüe, a Pancorbo, cuevas de Ojoguareña, a santa Casilda, Fuentebermeja, las lagunas de Neila, etc, se hicieron varias excursiones recorriendo la provincia de Burgos, a Madrid, a Asturias y a otros lugares, nos lo pasábamos muy bien.

Se publicaba la revista “EL ROBLE” en honor al sello del pueblo, el roble que aún existía hasta que un fuego que se originó en San Mamés, estando sin segar los campos, le quemó al que fue símbolo y sello oficial de Villalbilla de Burgos cientos de años.

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El 19 de marzo (San José), se celebraba el aniversario de la peña, hacíamos una fiesta muy buena, traíamos algún grupo musical y se preparaba un baile en un local cerrado y cobrábamos una pequeña entrada, con el dinero que nos quedaba libre y lo de la fiesta que organizábamos el día de los Corazones en junio, sacábamos suficiente para organizar las fiestas patronales los días 15 y 16 de agosto, y más actividades.

En el local social que nos había dejado el Ayuntamiento, hacíamos muchas actividades, se pusieron mesas y sillas y se jugaba a las cartas, parchís, ajedrez, damas, dominó y otros juegos, también había algún libro para leer, venían muchos vecinos del pueblo, tanto hombres como mujeres, al principio teníamos unas cajas de refrescos, se pusieron unos precios muy asequibles y cada uno se servía el mismo y pagaba lo que estaba puesto, duró un tiempo considerable, luego empezaron a decir que algunos se iban sin pagar, pero lo que sí era cierto que todos los días se hacían las cuentas y no faltaba dinero, por fin se decidió por hacer un bar, en el que se hacían turnos de los socios, eso traía más problemas que lo anterior, pero así funcionó el bar un tiempo.

Se hizo una vestimenta que utilizábamos en las fiestas, que consistía en una blusa a cuadros rojos y blancos (la primera blusa era con unas flores de color(…)), unos pantalones blancos, pañuelo verde, boina negra con dos cintasrojas y dos blancas, playeros blancos.

Hacíamos zurracapote para las fiestas patronales, pues un socio de la peña que estaba estudiando en La Rioja, se encargaba de hacerlo.

Teníamos muy buenas relaciones con otras peñas y participábamos con ellos en sus fiestas patronales, por ejemplo con la peña La Alegría de las Quintanillas, con varios socios de la peña San Juan del Monte, invitados por la peña La Farra, algunos años participamos en la ofrenda de flores en la Catedral y en los desfiles después de los toros en la ciudad de Burgos por San Pedro y San Pablo.

El año pasado 2013, se celebró el 40 aniversario y se hizo una exposición de las actividades que la peña ha realizado, así mismo se rindió un homenaje al fundador Ignacio Gutiérrez.

Los nuevos jóvenes de la Peña el Pato, junto con otras asociaciones del pueblo, siguen animando las fiestas, como ya se está haciendo costumbre hicieron una gran paella en el polideportivo en la que participamos cientos de personas con muy buena armonía, el grupo de danzas anima muchísimo y la asociación de mujeres Villa Blanca, también, después de los disfraces de niños, llevan varios años haciendo chocolate y unas rosquillas buenísimas que se reparten entre todos los asistentes.

Carlos Felipe Castrillo Mardones

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               JOTA A NUESTRA SEÑORA EL 15 DE AGOSTO

BURGOS INÉDITO. VIEJOS JUEGOS POPULARES. -Por Francisco Blanco-

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Hace ya muchos años que a lo largo y ancho de este país se cantaba aquello de “hoy los tiempos adelantan que es una barbaridad”. El cine, el teléfono, la radio, la música discográfica, el automóvil, la aviación, habían irrumpido imparablemente en nuestras vidas, creando nuevas perspectivas, abriendo nuevos e insospechados horizontes, generando muchas ilusiones nuevas y no menos esperanzas.

La sociedad de consumo había empezado a llamar impaciente a nuestras puertas, pero todavía se encontraba con muchas que se resistían a abrirse, e incluso a entornarse. En el Burgos de los años veinte, treinta, e incluso los cuarenta del pasado siglo, la vida de los burgaleses discurría por unos cauces más bien tranquilos y poco caudalosos, ajena al bullanguero alboroto del progreso, un poco de espaldas a la impaciente modernidad. Eran tiempos de escasez, de parquedad y de carencias, poco propicios al despilfarro, pero, a pesar de todo, había que vivir, y buscar y disfrutar los momentos dulces de la existencia, pues los amargos solían venir sin llamarlos. El ansia consumista tuvo que conformarse con más modestos y asequibles goces.

A continuación vamos a tratar de recordar alguno de los juegos que durante muchos años proporcionaron ratos de esparcimiento y alegría a muchos burgaleses y burgalesas de todas las edades: EL “CHIVIRRÍN” era un juego de naipes que solían practicar mucho las mujeres burgalesas en las largas y frías tardes de invierno, antes de la invasión de las radios y las teles; generalmente lo hacían agrupadas en torno a una mesa camilla, con un brasero en su parte inferior para calentarse.

Se trataba de un inocente juego que consistía en sacar una carta de una baraja de Heraclio Fournier y cantarla según un determinado rito o costumbre. Acostumbraban a realizar un descanso a media tarde, para entonarse con un chocolate bien calentito, acompañado por churros o rosquillas y rematado, en ocasiones, con una copita de anís. La partida solía celebrase entre las vecinas de una misma escalera, por riguroso turno de piso o de puerta y se alargaba hasta las ocho de la tarde-bien entrada la noche-en que cada jugadora regresaba a su respectivo domicilio para reemprender sus tareas domésticas y tener la cena dispuesta para cuando llegase el marido.

Una de las tradicionales formas de cantar las cartas era la siguiente:

AS: As cataplás, me ha dicho San Blas, si no los comes hoy mañana lo harás

DOS: A la de dos, tócala por Dios

TRES: A la puerta de un francés estaba don Vitoriano con la jeringa en la mano

CUATRO: Acabas de sacar las cuatro patitas del gato

CINCO: Quinquinote, que te meto las uñas en el cogote

SEIS: Dos y dos son cuatro, cuatro y dos son seis, seis y dos son ocho y ocho dieciséis

SIETE: Por haber sacado un siete, ¡toma un cachete!

SOTA: Sota, sotana, prende el candil y vete a la cama Otra: Sota, sotiña, fuiste a la viña y viniste cargadita de tiña

CABALLO: Caballo, caballito, ya no te puedo tener, te echo paja y cebada y no lo quieres comer Otra: Caballo, caballito, ya no te puedo tener, te echo cebada al rabo y no la puedes comer Otra: Caballo, caballero, quítate el sombrero y mira las estrellas que hay en el cielo

REY: Rey, reinando, vino a España tirando cohetes con una caña.

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“LOS CACOS” Los chavales, en su mayoría, que cuando pasaban por la Plaza Mayor se quedaban extasiados delante de la infinidad de juguetes expuestos en los escaparates de “Chapero”, sabiendo lo difícil que sería llegar a ser propietarios de alguno, debían aguzar el ingenio si querían divertirse colectivamente, jugando con el resto de sus compañeros de calle o de colegio. Las orillas del Arlanzón, desde el puente de Gasset hasta el de Santa María, a determinadas horas del día se llenaban de críos que suplían la falta de juguetes practicando juegos inventados por ellos mismos, o heredados de los “mayores”, es decir, los que ya habían entrado en la “edad del pavo” y se dedicaban a pasear por el Espolón, mirando de reojo a las mozas.

A los “cacos” se jugaba con las tapas de las cajas de cerillas, que por entonces eran de cartón con grabados diferentes por ambas caras. Se utilizaban, como si fueran un pequeño tesoro, para almacenarlas como signo de riqueza, coleccionarlas, intercambiarlas o jugárselas con otros chicos, que era lo más emocionante. Se tapaba el “caco” con las manos y se jugaba entre dos o más a acertar, utilizando una de las tres fórmulas siguientes: -Cara o cruz, -Cara o culo, -Santo o blanco El que acertaba se quedaba con el “caco”, de lo contrario debía de pagar lo apostado. El que ocultaba el “caco” podía aceptar diferentes apuestas de varios jugadores si disponía de suficientes “cacos” para atender las posibles pérdidas. Otra variante del juego consistía en depositar uno o varios “cacos” en el interior de un círculo, trazado en la tierra o pintado con tiza, y tratar de sacarlos golpeándolos con el puño cerrado o con la palma de la mano.

A “LA TABA”, otro juego burgalés muy popular, jugaban también las niñas, e incluso los mayores. Los ricos corderos lechales de Burgos proporcionaban el juguete en grandes cantidades, ya que, ni más ni menos, se trataba de un hueso de la pata delantera del animal, conocido técnicamente como el astrágalo. Conseguirlo, incluso por partida doble, no resultaba demasiado difícil, si tenemos en cuenta que el cordero era un plato presente en más de una ocasión a lo largo del año en las mesas de numerosos hogares burgaleses.

Una vez en posesión del preciado huesecillo, se debía proceder a limpiarlo cuidadosamente, quitándole cualquier adherencia o resto del animal; en muchas ocasiones las chicas completaban el proceso pintando cuidadosamente los cuatro lados de la “taba” de llamativos colores. Las diferentes caras de la taba tenían los siguientes nombres: “Aguas” era la cara más ancha y hundida; la cara contraria se llamaba “pencas” o “culos”; la cara lateral más lisa se llamaba “lisas” y la otra, algo más hundida, se la llamaba “carnes”. El juego, practicado por las niñas generalmente, consistía en lanzar seis u ocho “tabas” sobre un suelo de superficie lisa, que al caer quedaban colocadas en diferentes posiciones.

En función de cómo hubiesen quedado, la jugadora elegía una cara, “lisas”, por ejemplo, a continuación lanzaba al aire una bola pequeña o canica, agachándose para recoger todas las “tabas” caídas del lado que había elegido y recogiendo la bola lanzada antes de que llegase al suelo, si lo conseguía se quedaba con las “tabas” recogidas y seguía jugando, si fallaba, cedía el turno a la siguiente jugadora. La vista, los reflejos y una buena coordinación corporal eran factores determinantes y necesarios para destacar en este vistoso juego, en el que algunas jugadoras, después de haber recogido todas las “tabas”, se permitían dar una palmada antes de hacerse de nuevo con la bola que habían lanzado al aire.

Este popular juego ha trascendido de los juegos infantiles de las niñas burgalesas, pasando a formar parte del folklore regional de la comarca de La Bureba. En Briviesca, su capital, desde hace ya algunos años, cada primavera, con motivo de la festividad de Santa Casilda, se celebra una jornada dedicada al juego de “la taba”, conocida como el día de “La Tabera”, en la que muestran sus habilidades jugadores del pueblo y de la comarca y en la que también los espectadores pueden participar, efectuando apuestas sobre que cara ganará al lanzar las “tabas”.

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LA PINGADA DEL MAYO EN EL BARRIO DE CAPISCOL

Se cree que la PINGADA DEL MAYO proviene de tradiciones celtas, perdurando en la Celtiberia ibérica, especialmente en su núcleo central en torno al Sistema Ibérico, pero también en otras zonas como en Navarra, tanto al sur como al norte, y otras comarcas de Castilla-La Mancha.

Dicha tradición, que básicamente consiste en levantar un árbol alto y esbelto, se adentra en Europa llegando hasta Alemania o república Checa.
La costumbre, como el propio nombre indica se debe realizar en mayo, normalmente el primero de mayo.

Es Alejandro Céspedes, natural de Medina de Pomar, y acostumbrado en su juventud a la «pingada» del mayo en algunas localidades de merindades, el que importa esta tradición ancestral al barrio de Capiscol en Burgos, coincidiendo con su destino en el mismo como sacerdote durante los años 60 del siglo XX. Es concretamente en 1970, cuando se celebra el primer izado impulsado por la obra social de este sacerdote.

A las 00:00 horas del primero de mayo, en la plaza de la iglesia de Capiscol, acompañados por el sonido de la dulzaina y el reparto de chocolate, bizcochos y orujo, se inicia cada año la pingada del mayo. La simbología de este árbol está relacionada con su porte físico; de ahí que tenga que ser el más alto, el más recto y el que más copa tenga.

Tras su izado con el emblema del barrio por parte de los más jóvenes, los mismos que han tomado el relevo a los primeros emigrantes que, provenientes del medio rural, llegaron al barrio en los años 60-70, queda inhiesto y en pie durante 31 días adornado de frutas y banderas de Castilla y León y de España .

Fiesta organizada por el consejo de barrio de Capiscol, y árbol cedido y trasladado por el excelentisimo ayuntamiento de Burgos.

Puedes ver una pingada de mayo en la sierra burgalesa.

LA TUTA -Juego popular castellano practicado en Burgos- -Reglas y origen-

Texto de origen de Delfín Cerezo: Si nos atenemos a la etimología de Tango y Tanguilla, podemos afirmar que este deporte ya lo practicaban los romanos.

Tango procede del verbo latino «TANGERE» que significa «tocar»,que es precisamente el objetivo, al lanzar el tango es tocar a la tuta.

También es curioso observar unas columnas, en el teatro romano de Merida, cuyos bajorrelieves del capitel son la figura de una tuta.En las reglas del juego, en nuestro municipio, existe una jugada denominada «Tana» o «Tanada», que ocurre, cuando el tango y la tuta se tocan, una vez derribada ésta. Entonces la jugada queda «muerta», hasta que otro tango toque la tuta.

Este vocablo «Tana» tiene su raíz en el vocablo griego «Tanatos», que significa muerte. Lo cual nos podría hacer pensar que los romanos heredaron de los griegos este hermoso juego.

El Diccionario de Autoridades dice de él que es » Un juego entre dos o más personas, que se ejecuta, poniendo un hueso o canto en el suelo y encima un ochavo o cuarto cada uno de los que juegan, los cuales tiran con un ladrillo o tejo desde una parte determinada a derribarlos, y los que gana el que los pone más cerca del tejo, que tiran». Esta descripción cuadra perfectamente con el actual juego de la TUTA.

Entre los diversos juegos practicado en Burgos merece mención especial el juego de la «Tuta» o Tanguilla, Tarusa, Tanga, etc, como se denomina dependiendo del lugar y la ubicación. Los elementos principales de este juego son : La Tuta y los hierros, denominados, en nuestro pueblo, » Tangos» y  dependiendo de municipios: Tejos, Tostones, Chanflanes.

REGLAS

El terreno de juego será llano, uniforme y horizontal de tierra apisonada batida y sin obstáculos que pudieran desviar la dirección o trayectoria del TANGO, en su forma de contactar con el suelo en todo su recorrido hasta la TUTA.

La cancha o terreno de juego de forma rectangular. comprende un área de juego de 20 m. de largo y 2 de ancho. Los lados largos, se llaman o denominan LÍNEAS LATERALES y las cortas DE LANZAMIENTO y LÍNEA DE FONDO. Sobre esta última va colocada la TUTA. LÍNEA DE LANZAMIENTO es el lugar desde donde se lanza el TANGO. Estas medidas son para la Categoría Especial. En la Regla 13 se especifican las medidas para cada una de las categorías.

A cada lado de las líneas laterales hay una Zona de Seguridad de 2 m. de anchura. Detrás de la línea de fondo hay una ZONA DE FONDO de 5 m. de profundidad. Habrá un tablón o madera para mayor seguridad de los espectadores. Delante de la línea de Tiro, hay una «Zona de Lanzamiento» de 6 m. de anchura por 5 m. de longitud, libre de obstáculos. Estas zonas de Seguridad estaran libres de espectadores y jugadores. pudiendo utiIizarlas sólo los jugadores o colaboradores que los Jueces designen para recoger los Tangos. En la Zona de Lanzamiento sólo podrán permanecer el equipo que en ese momento determinado tenga el turno de tirada.

Los Tangos que se utilizarán para las pistas de tierra, son los que están establecidos en la Regla en todas sus categorías.

El equipo está formado por dos jugadores, sólo hombres, sólo mujeres o mixto. Cada Agrupación podrá tener un volante.

Para que un equipo inscrito pueda participar. tendrá que encontrarse en el terreno de juego al menos un jugador.

Si al comenzar la partida. un equipo la empieza con un solo jugador, este jugador podrá hacer los lanzamientos que a él le correspondan anotándole a él los puntos conseguidos y a su compañero cero puntos en todas las tiradas.

Si al comienzo de la partida un equipo la empieza con un solo jugador y en el transcurso de la misma llegara su compañero éste entrará a efectuar sus1anzamientos cuando le llegue su turno, habiendo perdido todas las tiradas que se hayan efectuado, apuntándole cero en las que no ha efectuado.

 Se podrá efectuar un cambio de jugadores, antes o durante la celebración de la partida, sin posibilidad de ningún otro.

Se consideran elementos semifijos en la cancha o terreno de juego, la Tuta, que estará colocada en el centro de la línea de fondo. Se colocará una clavija o clavo, clavada en la tierra para colocar la Tuta.

La Tuta es un cuerpo de madera de una sola pieza. Se recomienda que la madera sea de encina, roble u olmo, formada por dos troncos de cono, unidos por su base menor, cuya conjuncion coincida con su anillo.
SUS MEDIDAS SON:
    Altura 170 mm.
    Bases 40 mm de diámetro
    Cuello o parte estrecha 28 mm de diámetro
    Anillo del centro 40 mm de diámetro

El Toston, es un disco metálico, de hierro, terminando su circunferencia en bisel redondeado. Su peso y medida guardará relación con las diferentes categorías a las que vayan encaminadas.

La Chapa es la pieza que se coloca encima de la Tuta. Sus medidas oscilan entre 25, 30 mm., grosor 2 mm.

El metro se utilizará para medir en caso de duda las distancias entre la Chapa, la Tuta y el Toston. Las piezas, seran las establecidas por la Federación Regional de Deportes Autóctonos de Castilla y León y que está recogido en este Reglamento. El orden de tirada para cada equipo se efectuará por sorteo. El número de tiradas se establece en 16. Cada jugador dispondrá de dos Tangos, por tirada, cada vez que le corresponda por orden de tirada. Le corresponde a cada equipo un total de 32 lanzamientos por partida, es decir, 64 Tangos por equipo. Los componentes de cada equipo tirarán seguido uno detrás de otro. El equipo comenzará con la Tuta levantada.

La partida se considera final izada, cuando cada uno de los equipos haya efectuado sus correspondientes tiradas. Quedando campeón el equipo que h aya obtenido mayor puntuacion.

En caso de empate de dos equipos o más, se harán tres tiradas 6 Tangos por cada jugador. 12 por cada equipo. Si sigue habiendo empate, se jugará al fallo de todos los equipos que hayan empatado, retirándose la Chapa de encima de la Tuta. Tirar la Tuta: dos puntos. siempre que se la de con el Toston

Sacar CAMA: dos puntos.La palabra sera todo.

 En cada Jugada, el jugador puede hacer un maximo ocho puntos.

Cuando la Chapa se encuentre a la misma distancia del Toston y de la Tuta, será de cuatro puntos 8.5. Cuando el Tango esté en contacto con la Tonga. si la distancia existente entre la Chapa y el Tango es menor que la distancia entre Chapa y la Tuta.

EL BOLO BURGALÉS

Dentro de las variantes de bolo, es EL BOLO BURGALÉS la más espectacular de las posibles en España. Su ejecución se circunscribe a la ciudad de Burgos y su Alfoz en un perímetro de 20 025 kilómetros. Bien es cierto que la emigración de los años 50 y 60 desde Burgos principalmente a Vizcaya y Madrid, hace que en esas localidades existan reductos de su práctica e incluso instalaciones. Se ha referenciado también su práctica en América latina. 

Su génesis es paralela y está unida al trazado del camino de Santiago. Datándose su fecha segura el siglo XIV en Burgos, León y Orense, ciudades que comparten ruta del llamado Camino Francés. Más adelante en el tiempo se publica oficialmente el reglamento del juego y ciertas variantes locales. Los elementos de juego son la bolera, los bolos y las bolas. Los bolos son DOCE, nueve para la jugada de cerca o de castro y tres para la de pasabolo.

La dinámica del juego es complicada y difícil ya que en una misma partida pueden darse hasta cinco variantes diferentes: Mano, castro mano, diabla , castro diabla y pasabolo. En las jugadas de castro se puede dar el caso de que tirando más bolos que el contrario obtengamos menos puntos, ya que para obtener la máxima puntuación hay que derribar los bolos de acuerdo con unas reglas establecidas. Existe una variante de ésta llamada miche o mico que tenía 10 bolos. Asi mismo existía una jugada, hoy ya inhabilitada y no utilizada, llamada Bolillos.

La jugada de Pasabolo, además de muy habitual, es la más espectacular y la más comprensible. Se trata de lanzar la bola contra una fila de tres bolos y que uno de estos alcance al salir disparado una distancia superior a40 metros haciendo un “salte”; que consiste en que el bolo salve una barrera colocada al final de la bolera que está a una altura aproximada de un metro. 

Es necesario por tanto, que el recinto esté vallado por el riesgo de daños por impacto a los espectadores.

Se ha dado la circunstancia cierta de que en la bolera del Plantío de Burgos ubicada antiguamente en la calle Cascajera y hoy en la calle Plantío, pese a la considerable altura de las vallas se ha podido ver a los bolos salir por encima de éstas y caer en los tejados próximos.

De cualquier forma, no es necesaria una gran condición física para la práctica de esta modalidad dado que tiene que predominar la habilidad sobre la fuerza. En esta disciplina se opera con una curiosa medida como es el “cuartillo de vino”; que se utiliza tanto para las apuestas de espectadores como por canon para mantener las instalaciones. 

El reglamento del Bolo Burgalés se encuentra en edición dela Juntade Castilla y León de 1985 transcrito en el título –Los deportes autóctonos de Castilla y León-.

EL JUEGO DE LA TABERA EN BRIVIESCA -Reglas y funcionamiento-

La Fiesta de LA TABERA es actualmente, sobre todo, juego. Briviesca se convierte en un ‘paraíso’ durante unas horas para aquellos que disfruten con el hormigueo de tentar a la suerte. Hay quienes se acercan a las mesas de la taba instaladas en los bares para cumplir un ritual tradicional que han visto desde niños, pero también hay quienes buscan exclusivamente un beneficio económico.

Unos y otros, codo con codo, dan animación y hacer hervir el ambiente. Los billetes cambian de mano a lo largo de la noche con una facilidad asombrosa. La «fiebre» sube a medida que avanza la madrugada y la manta acoge con calor las monedas y billetes que no acaban de despedirse de sus dueños puestos a merced del huesecillo.

 La taba se lanza al aire y cae sobre la mesa. Puede hacerlo en cuatro posiciones diferentes: dos de pie y dos tumbada. En estas dos últimas no gana nadie y se sigue tirando. De las posiciones de pie, si sale la cara cóncava (que está pintada para facilitar su reconocimiento y que se denomina «carne») gana el que ‘ha compradola taba y si cae la otra cara (»culo») ganan los que apuestan teniendo opción éstos a tirar la taba y apostar contra los restantes jugadores.

La fiesta dota a la ciudad de un ambiente extraordinario. Los propietarios de los locales en los que se juega coinciden en que la noche de La Tabera es una de las más tranquilas ya que no se producen habitualmente altercados. La recaudación y el ambiente es, para muchos de ellos, sólo comparable a las fiestas patronales de agosto.

 

El juego ofrece escenas que nada tienen que ver con lo que puede verse en casinos o bingos. La mayoría de los apostantes se conocen, se saludan o se cruzan por la calle. Sobre las mesas donde se lanza el huesecillo de carnero, la alegría es de todos. Los locales de la ciudad en los que se lanza la taba, casi medio centenar, llevan poniendo mesa desde hace décadas. Muchos de sus actuales titulares lo han visto desde su infancia y saben que las horas en las que hierve el juego son entre las dos y las cuatro de la madruga.

Algunos señalan que hay gente que no es habitual de los juegos de azar y sin embargo no se resiste a la taba. En las primeras horas de la noche, hay más jugadores pero las cantidades fuertes se apuestan de madrugada. Para los bares, sin duda, la noche de La Tabera es una oportunidad para multiplicar la caja aunque el resultado, no todos los años es igual de tentador.

Los veteranos coinciden en señalar en que, «el que llega con dinero a la Tabera, gana». Y eso sólo parecen capaces de hacerlo los profesionales. Los jugadores más experimentados recorren numerosos locales para observar cómo se está comportando la taba y los más pacientes eligen las más «culonas», es decir las mesas en las que salen más veces «culo», la posición de la taba que permite ganar a los apostantes.

Los jugadores más experimentados, esos que no se pierden ni un solo año el ir y venir por las mesas de juego suelen apostar con la cuadrilla de amigos. Reúnen un dinero y coger la taba porque las opciones de ganar, en general son más. Pero existen otros tipos de apostantes, los que salen ver la fiesta pero apenas juegan porque casi siempre se acaba perdiendo. Y hay un tercer perfil, el del visitante que se estrena y que ve la fiesta como una «cosa singular» y que recorren con gran curiosidad las mesas, charlan con la gente y disfrutan del ambiente. Todos dicen que las horas se pasan volando. En el juego también participan los niños, sobre todo en las primeras horas de la tarde.

Casi nadie lo ve con malos ojos porque es una tradición que ha pasado de generación en generación. Los adultos que hoy mantienen viva la tradición y que echan euros sobre la mesa ayer fueron niños y jugaron con pesetas animados por sus propios familiares que sabían que es solo cosa de un día.

En Briviesca mandan la taba y el dinero. También tomar una copa, hablar con los conocidos y sentir que la fortuna puede sonreír a uno a fin de mes cuando los bolsillos flojean.

Puedes ver como se juega en vídeo.

EL TRAJE REGIONAL DE FIESTA EN BURGOS.

Para sus fiestas BURGOS quiso recuperar el traje que antaño utilizaban los campesinos para recrear las tradicionales danzas que se hacen en las fiestas. Pero no se puede decir que haya uno sólo. Existen varios tipos que varían según la zona de la provincia en la que nos encontremos. Además, hay que decir que en la época se hacía distinción entre los trajes de fiesta y los de trabajo.

El de trabajo era para el día a día y el de fiesta era el más caro y sólo lo utilizaban para ocasiones especiales, fiestas o los domingos. Aún así podemos definir ciertos elementos característicos que tienen todos los trajes femeninos burgaleses:

Calzado: botas de tacón de carrete o zapatos de trabilla de tacón.

Medias: son azules.
Camisa: es de lino, se cierra en el cuello y tiene frunces tanto delante como detrás que dan holgura. Está abierta por delante y cerrada desde el esternón.
El moño: es de picaporte o de rodete.

Pelerina: es una prenda de abrigo que las mujeres llevaban sobre los hombros y que se cruzaba por el pecho atándose en la parte de atrás.

Aderezos: multitud de collares, aderezos y pendientes largos. La piedra característica era el coral, la plata y los azabaches.

Chambra: es una vestidura corta a modo de blusa con poco o ningún adorno que usan las mujeres sobre las camisas. Es cerrada hasta el cuello y las hay de diversos colores pero el negro es el más abundante.
Delantal: de terciopelo y puede ir del verde oscuro, al negro o al azul marino, depende de la zona de donde sea el traje.
Falda: suele ser roja, ya que ese era el color más fácil de conseguir en el siglo XVIII.
Jubón: es la prenda exterior femenina que cubre desde los hombros hasta la cintura tiene mangas y es ajustado al cuerpo.
Estos son elementos fundamentales del traje de Burgos sin los que el traje perdería el calificativo de burgalés. González-Marrón habla del traje como una tradición olvidada que hay que recuperar fielmente y no dejar a la inventiva ningún elemento por bonito que parezca que puede quedar.
 
Una tradición que comenzaba a perderse por la llegada de la Revolución Industrial cuando el traje sufrió una evolución acelerada debido a la aparición de nuevas maquinarias para la confección de las telas y de nuevos medios de comunicación, como el ferrocarril, que permitieron el contacto con otras culturas.
 
Una evolución acelerada que contrastaba con la lenta transformación del traje en la historia ya que el vestir de los burgaleses fue cambiando con el tiempo. Desde el siglo XV a Burgos venían arrieros y carreteros que traían mercancías de numerosas partes del mundo y, por ello, la vestimenta de los burgaleses se vio influida por azabaches asturianos, mantones filipinos, cintas de seda natural que adornaron los moños, botones de Francia e Inglaterra e, incluso la chambra francesa para las fiestas.
 
El coral procedía de Cataluña y fue un elemento fundamental del vestir burgalés ya que era una joya que estaba al alcance de todos. Es evidente que no todo el mundo poseía estas joyas, todo dependía de los recursos económicos de cada uno y que, en esta provincia no eran muy ostentosos ya que la economía no daba para tanto.
En cuanto a la evolución de los materiales utilizados, a finales del siglo XVIII y durante el siglo XIX en Burgos había una gran abundancia de lino y lana. Esos eran principalmente los tejidos que utilizaban los campesinos en el vestir y eran manipulados manualmente.

En esta época, la forma de vestir de los burgaleses fue más bien sencilla ya que lo que más abundaban eran los labriegos que se preocupaban más por el trabajo que por el lujo y que no tenía demasiados recursos económicos, según cuenta el folklorista burgalés González-Marrón.
 
 Concha Madorrán, antes directora de la Asociación de Danzas Castellanas Diego Porcelos y que ahora se dedica a confeccionar trajes regionales en la tienda Nuncy, explica que, entonces, se tejía y se teñía en casa, con colorantes vegetales, y por eso los colores no eran muy variados. Predominaban el rojo y el marrón ya que la lana utilizada provenía de ovejas marrones.
 
 Hoy en día, en esta recuperación del traje para los bailes regionales, se intentan respetar los materiales utilizados pero su forma de elaboración fue variando. Aunque se siguen cosiendo a mano en la tienda Nuncy.
Según nos cuenta Anunciación Sauzo (Nuncy), anterior propietaria de la tienda, antes de la Guerra Civil en España se vestía más o menos así en Burgos. Pero después de la guerra, la forma de vestir de la gente fue cambiando y en España había una tendencia general a quemarlo todo, vestidos incluidos.
 
Por ello, algunos que se dedicaron a la investigación, como ella o Concha Madorrán, iban «salvándolos casi por los pelos» de ser quemados.
Con respecto al traje burgalés más conocido, Concha Madorrán nos dice que considera que es un error ya que no se puede decir que haya un solo tipo de trajes regionales en la provincia.Y que sin embargo, creemos que hay un solo tipo de trajes regionales porque la Sección Femenina popularizó e instauró como auténtico un único traje para sus bailes y, con ello, eliminó las variantes que había. Hoy en día, las asociaciones de danzas pretenden recuperar esta variedad, cada una tiene su traje típico procedente de cada zona de Burgos.


EL TRAJE REGIONAL MASCULINO

Estos son algunos de los elementos que no pueden faltar en el traje regional burgalés masculino, tanto en el traje de trabajo como en el de fiesta.

Calzado: Alpargata abierta de cintas o abarca.

Medias: azules o blancas.

Camisa: es de lino o de algodón blanco con pequeñas solapas. Tiene frunces en la parte delantera, en la espalda, en el nacimiento de la manga y en el puño. Es abierta hasta el vientre.

Cubrecabezas: suele ser una boina.

Pantalón: corto hasta cubrir la rodilla. Se cierran cada lado de la cintura y en las rodillas con cuerdas terminadas en borlas o con botones grandes.

Faja: sujeta el pantalón y la camisa. Puede ser negra, azul, roja o blanca.

Alforjas: es un gran bolsillón doble de lana y puede ser de dos colores, blanco y marrón.

Puedes verlos en un festival de folclore.

JULIÁN VILLAR COLINA -Tetín mayor y maestro de danzantes de la ciudad de Burgos-

JULIÁN VILLAR COLINA (Burgos 1931-2011). Nacido en la burgalesa y céntrica calle de La Puebla, Julián Villar comienza como danzante de Burgos a los 10 años, siendo alumno aventajado del por aquel entonces Tetín Mayor Anastasio González conocido popularmente como «Tasio».

Los honorarios de aquella infancia de Julián como danzante eran de 10 pesetas y una barra de pan. Los danzantes fueron parte principal de las celebraciones del milenario de Castilla en 1943. Asimismo también formó parte del grupo de danzas del Orfeón Burgalés.

Es en 1953 al quedar una vacante cuando ocupa la plaza de Tetín figura fundamental de los danzantes de Burgos. Son por aquel entonces  de la formación, y una vez concedida definitivamente a Julián la plaza, el citado «Tasio» (tetín mayor) y como tetínes Pablo Mencía, Julián y el señor Esteban.

Es en el año 1968 cuando Anastasio González deja el puesto de Tetín Mayor y lo ocupa Julián Villar teniendo como compañeros a un hijo del cedente, el señor Madrid y el señor Aurelio.

Entre 1974 y 1977 se conforma la actual formación de tetines que, junto a Julián, forman José Luís Gutierrez, Jose María Yudego y Ángel González. Desde estos años y durante 25 hasta su reciente fallecimiento, han sido continuados de baile y rueda sobre el suelo burgalés.

En 1981 la emisora Radio Cadena Española le nombra burgalés del año coincidiendo con los 25 al servicio de los danzantes.

En 1982 estrena sede estable en el centro de Creación artística Francisco de Salinas, siendo también escuela municipal de danzantes.

En el año 1994 sus compañeros tetines antes citados, solicitan oficialmente al ayuntamiento de Burgos le sea concedido el título de Buen Vecino de Burgos a Julián Villar coincidiendo con el cuarto de siglo de Tetín Mayor, siéndole entregada la distinción después de su aprobación en pleno el 1 de Octubre de 1994.

Se jubiló con un homenaje público en 2005 siendo alcalde de la ciudad Juan Carlos Aparicio y falleció en Marzo de 2011.

Puedes ver un vídeo de los danzantes y tetínes.

LA TABA -Juego popular practicado en Burgos-

LA TABA era un juego popular preferido por las niñas burgalesas y no aborrecido por lo chicos y los mayores. El juguete lo proporcionaban los corderos al ser el hueso de las piernas de estos animales. En las mesas familiares, en las ocasiones en las que se había sacrificado un lechazo del rebaño doméstico, las niñas se adelantaban a decir:- La taba para mí…- para ellas eran las dos tabas del corderillo, el hueso astrágalo que dicen lo entendidos.

 Así, las gentes de Burgos tenían una cosa más que agradecer la providencial oveja: El instrumento para un juego.

A veces, los chicos jugában con las tabas pintadas de variados colores, que las hermanas guardaban cuidadosamente en una bolsa. Pero lo hacían sólo para apostar y para aplicar unos zurriagazos al perdedor. Hoy la hermosa ciudad de Briviesca, capital de La Bureba, vive en primavera una jornada bajo el signo de la taba, tan intensamente que la llaman la tabera. Los briviescanos y sus huéspedes apuestan a la cara favorita de la taba mucho dinero, bajo la complaciente mirada de Santa Casilda, cuya fiesta es en ese día, y cuyo santuario es el primer escenario de la Tabera.

Las niñas de Burgos tenían cuatro nombres, con algunas variantes en las diversas comarcas, para las cuatro caras del astrágalo: aguas era la cara ancha y más hundida y también la más preferida en las competiciones; la parte contraria se decía pencas, aunque muchos usaban la palabra culos; la lateral más lisa era llamada lisas y su contraria, algo hundida, carnes.

Las variantes para jugar a las tabas eran bastantes, pero el modo más general era el siguiente: Las tabas, hasta seis u ocho, se agitaban en las manos o en un bote y se lanzaban sobre una superficie plana cayendo cada una a su aire. La que primero jugaba lanzaba a lo alto con la mano derecha una canica o bola de cristal y con la izquierda cambiaba la posición o recogía las tabas que había anunciado, las lisas por ejemplo. Debía darse prisa, si no recogía la bola a tiempo o no recogía todas las tabas en la posición dicha, perdía o pasaba otra compañera a jugar. Había niñas de vista tan aguda y manos tan avezadas que entre lanzar la bola y recogerla, y también las tabas, todavía tenían tiempo para dar una palmada.