ESTANCIAS Y CONTIENDAS DE NAPOLEÓN BONAPARTE EN BURGOS

En el periodo que va desde de Noviembre de 1808 y Enero de 1809, el general francés NAPOLEÓN BONAPARTE cruzó de forma beligerante varios municipios de Castilla y León persiguiendo al ejercito inglés que huía hacia el norte.

Napoleón reconoció «a posteriori»  estando ya preso en SantaElena en 1819 que ;<<El mayor error que he cometido es la expedición a España», después de que la derrota de su ejército en la Guerra de la Independencia y la pérdida de 200.000 soldados en el intento fallido de sumar España a su imperio supusiera el principio del fin de su sueño europeo.

Por eso, en cuanto las cosas empezaron a no salir como esperaba -ya a mediados de 1808 la derrota francesa en Bailén, la resistencia de Zaragoza y las continuas rebeliones en el norte hacían peligrar su intención invasora- decidió acudir personalmente, y escoltado por un gran ejército, a solventar los problemas a los que su hermano José I, «el rey intruso», no había podido hacer frente.

Así, Napoleón cruzó la frontera española por Bayona el 6 de noviembre de 1808 en dirección a Madrid, escoltado por un gran ejército, y «entra como un huracán»; con dos importantes batallas con el objetivo de «abrirle las puertas» de Burgos.

 Por un lado, el mariscal Soult derrotó al Conde de Belvedere en el barrio de Gamonal el 10 de noviembre y, por otro, el mariscal Víctor se enfrentó al inglés Blake en Espinosa de los Monteros, en la madrugada del 10 al 11 de ese mismo mes.

Terminadas estas contiendas previas, Napoleón arrivó  por fin en Burgos el 11 de noviembre, el hecho de ser  lugar de paso reiterado  de miles de soldados durante los seis años que duró el conflicto armado hizo que Burgos fuera una de las localidades que más sufrió en su conjunto la guerra de la independencia contra el invasor francés.

Tan lamentable situación observó el emperador cuando se dirigía de regreso a París que designó como gobernador de toda Castilla la Vieja, con cuartel general en Burgos, al general Thiébault que atesora, entre otros logros, la limpieza de la ciudad, el cementerio extramuros y «el sepulcro del Cid y Doña Jimena de San Pedro Cardeña», después de que las tumbas de ambos fueran profanadas por soldados franceses.

Este hecho se destacó en una inscripción que desapareció en 1842, cuando los restos del Cid y su esposa se trasladaron a la Catedral.

En su estancia en Burgos, Napoleón se instaló en el Consulado y se proclamó dueño y señor de Burgos. Durante esos días inspeccionó el castillo y ordenó obras de fortificación en él, decretó medidas enérgicas para mantener el orden en la ciudad, disolvió los anteriores organismos oficiales nombrando nuevas autoridades afectas a su causa.

Asimismo sustituyó el Ayuntamiento por la Junta de Municipalidad y Gobierno, que tomó posesión el 24 de noviembre, decretó la suspensión del culto en los templos y vendió los bienes de los conventos y monasterios para pagar a sus tropas.

Como medida para garantizar la seguridad del avance hacia el sur, ordenó la ocupación de Aranda, Lerma, Palencia y Valladolid.

Tras su estancia en Burgos, el 22 de noviembre Napoleón continúa el camino hacia el sur, sin producirse más batallas importantes hasta la frontera de Segovia con Madrid, en el puerto de Somosierra, con excepción de un pequeño enfrentamiento en Sepúlveda, el 28 de noviembre, donde un batallón español logró retrasar unas horas el avance de Bonaparte.

La batalla de Somosierra (una de las pocas en las que participó el propio Emperador) dio la llave al ejército francés para entrar en Madrid y tomar la ciudad, rendición que se hizo efectiva el 3 de diciembre.

Puedes ver la sala Consulado del Mar, donde Bonaparte estuvo temporalmente alojado.

Héroes de la Independencia en Burgos.