IGLESIA SANTA MARÍA REAL Y ANTIGUA DE GAMONAL

A escasa distancia del recinto medieval de Burgos se alza la iglesia de
SANTA MARÍA REAL Y ANTIGUA DE GAMONAL, localidad ésta desarrollada en torno a este templo, y que hoy se constituye en un moderno barrio de la ciudad.
Ante ella discurría el ramal del Camino de Santiago procedente de Miranda
de Ebro, y muy cerca, en su término, el curso principal que venía de Santo
Domingo de la Calzada y San Juan de Ortega.

La tradición pretende que el origen de un primer Santuario está en el
descubrimiento de una imagen de la Virgen hacia el siglo X. Aparece en la
documentación por vez primera en 1074 al disponer Alfonso VI, a instancias
de sus hermanas Urraca y Elvira, el traslado de la sede de la diócesis de Oca
a la iglesia de Gamonal, si bien inmediatamente pasó a la ciudad de Burgos.
No obstante el patrocinio regio se reflejó tanto en donaciones al templo
como en su propio título.

Dado el antecedente de efímera sede episcopal, fue tutelada por el
cabildo catedralicio mediante un canon anual, recibiendo asimismo sucesivas
mercedes de los monarcas medievales (Sancho el Bravo, Fernando IV,
Enrique II, Reyes Católicos) y aun posteriormente hasta Fernando VII.
También fue respaldada por un canon del Concejo y por la institución de
algunas cofradías. La más importante, que se remonta a mediados del siglo
XIII, es la «Cofradía de Nuestra Señora de Gamonal llamada de los
Caballeros», cuyas Constituciones se redactarían más tarde, en 1285,
señalando el nombre de los cofrades, incluso difuntos como el almirante
Ramón Bonifaz, y fue dotada por don Miguel Esteban Huerto del Rey (falle-
cido en 1263) y su esposa doña Uzenda.

Dado el especial mecenazgo que concurrió en este templo no se precisó
de los beneficios que en otros aportaban los derechos de sepulturas, por lo
que aquí éstas no existen. Exponente de ello es que los propios dotadores se
enterraron en el claustro bajo de la Catedral (en 1489 se trasladó el sepulcro a la capilla del Corpus Christi), y expresamente se manifiesta el ario 1508 en
la negativa del Cabildo dada al caballero Francisco del Castillo que
solicitaba licencia para erigir en ella una Capilla.

Por esto la iglesia de Santa María la Real y Antigua, de Gamonal, se ve
hoy exenta de cualquier añadido posterior a su fábrica original, excepto una
sacristía y dependencias levantadas sobre ella. La construcción, de correcta
sillería, manifiesta gran solidez que puede relacionarse no sólo con la plástica
sino también con su situación junto al «camino francés» y en una localidad
sin defensas.

El interior ofrece un espacio diáfano, cuya planta se organiza mediante
una sola nave de cuatro tramos y un tramo a cada lado del anterior a la
cabecera, que es recta, formando el conjunto una cruz latina. Su alzado es
poco elevado ya que el abovedamiento arranca a escasa altura, sobre
pilastras de sobria molduración, con capiteles de sencilla decoración vegetal,
aunque de fina labra, entre la que se observa un león en el presbiterio. Los
arcos fajones tienen perfil de molduras coincidentes con sus soportes. Las
bóvedas, de cuidada factura en piedra de sillería, son de crucería gótica con
ligaduras longitudinales en la nave, como en la catedral. Pero en la cabecera
tiene bóveda octopartita, cuyos nervios apean en las esquinas y en ‘sendas
pilastras intermedias de sus tres muros, provocando en los plementos
laterales una profundidad relacionada con sus arcos formeros: dos de estos
están recercados interiormente mediante un arco apeado sobre cabezas
humanas, como se observa en algunos ejemplos de la catedral. Los brazos del
crucero llevan bóvedas de crucería simple a una altura ligeramente inferior a
las de la nave.

En el tramo central de crucero, los nervios de los arcos torales
apoyan sobre ménsulas figurativas, efigiando tres de ellas ángeles llevando
dos una corona y el tercero un libro, mientras el cuarto presenta la figura
burlesca de un pato con cabeza humana encapuchada.

Sobrios vanos apuntados permiten el paso de escasa luz al interior, pero
en el muro de la cabecera se trata de dos ventanales algo más amplios,
divididos por tracería de dos arcos menores con parteluz central y un rosetón
arriba. En la parte superior del muro de los pies se abre un sencillo rosetón
pequeño, como en otros templos de la época.

El exterior expresa con claridad el espacio descrito del templo mediante
unos volúmenes rotundos, marcados con recios contrafuertes coincidentes
con el abovedamiento; además en los ángulos se disponen dos contrafuertes,
normales a cada lienzo. Sobre el tramo inicial de la nave se alza una torre de
pesadas formas, con parecidos contrarrestos; el cuerpo inferior corresponde
al interior, levantándose un segundo cuerpo —la torre propiamente dicha—
con pares de alargados ventanales apuntados, cobijados arriba por moldura
semicircular apoyada en repisas (excepto en el lado occidental, donde serían
sustituídos por vanos para campanas quizás en época barroca).

Elemento interesante es el pórtico añadido a los pies del templo,
integrado con su obra. Prácticamente es como un edificio de humilladero,
con una bóveda sobre arcos apoyados en los contrafuertes del hastial y en
dos machones reforzados con pares de contrafuertes, como el resto de la
construcción: se trata de una bóveda de plementería octopartita, con nervios
cruceros más ligaduras longitudinal y transversal

En la arquitectura están integrados algunos elementos escultóricos, que
ilustran sobre aspectos significativos de la construcción2. Sobresale la
portada, abierta a los pies, abocinada, con arco apuntado cuyas arquivoltas
tienen fina molduración que, apenas interrumpida por una faja de vegetales a
modo de capitel, continúa en las jambas.

La última arquivolta está recercada por una moldura exterior, arco cuya clave tiene un ángel portador de una corona.

Ésta se repite en una de las ménsulas sobre las que apoya, mientras el
ángel de la otra parece llevar un presente (cordero?). La puerta, de un sólo
vano, tiene dintel con la parte inferior en forma de arco ligeramente
rebajado, en cuyos extremos hay sendos escudos cuartelados del donante del
templo, Estébanez de Huerto del Rey, cuyas armas son flor de lis y águila
explayada, alternantes. El tímpano representa la Coronación de la Virgen
por Dios Padre, ambos sentados, a cuyos lados se encuentran orantes, con
una pierna genuflexa, dos varones (uno de ellos barbado) que cabe identificar
con los caballeros de la Cofradía de Gamonal o con los mecenas del templo;
encima está el escudo real de la corona castellanoleonesa, flanqueado por dos
ángeles (uno turiferario; al otro le falta el objeto) que asisten a la escena.

El tímpano va sobre un plinto donde se disponen, en bajorrelieve, dos escudos de Estébanez de Huerto del rey y dos jarrones de azucenas a los lados de una cruz central.

La Coronación de la Virgen es un motivo que se repite en la clave de la
bóveda del presbiterio, en la que aparece Dios coronado a la Virgen, ambos
sedentes, acompañados por ángeles ceriferarios y turiferarios. La clave del
tramo central de crucero muestra arriba a la Virgen echando un cíngulo a un
personaje arrodillado abajo, entre los que hay un amplio paño sostenido por
dos ángeles.

Huidobro lo interpreta como la imposición de la casulla a San
Ildefonso, mas creemos que significa la Asunción de la Virgen, llevada por
dos ángeles, en la que se añade la anécdota apócrifa de Santo Tomás, al que
Ella consuela con su cíngulo de la pena por no asistir a su muerte; además
hay que advertir que esta clave tiene el borde ilustrado con una sucesión de
lises y águilas explayadas (armas del conocido dotador de la Cofradía). La
clave del brazo septentrional del crucero efigia a un personaje regio, de largos
cabellos, en actitud de entregar una iglesia a un obispo, que se interpreta
como la donación del templo al obispo don Simón por el rey o una de las
infantas. La del otro lado del crucero tiene una ruda representación de un
personaje con capucha, con un libro en una mano y la otra levantada, que se
interpreta como San Antón pues a él se dedicó el altar situado en dicha
capilla.

Las dos claves de los pies de la nave tienen pintado un escudo
cuartelado con las armas de Pérez Giralte (cuartelada de lis y monte con
cruz en su cima).

No se conoce documentación sobre la fábrica del templo, cuyo proceso
hay que señalar según la morfología y los elementos artísticos. El tipo de
fábrica, planta y abovedamiento señalan una obra de cuidada factura que
responde a un plan unitario, dentro del que sólo algún matiz marca
diferencias constructivas.

La planta, de estricta cruz latina, no tiene prácticamente réplica en su entorno pues aquí, por su específico mecenazgo, se pudo librar el templo de añadidos. El tipo de bóveda octopartita en la
cabecera cuadrangular se relaciona con la capilla de San Nicolás de la
catedral burgalesa, que se debía repetir en el otro lado del crucero de dicho
primer templo; asimismo, no podemos olvidar la bóveda semejante que se
dispone en el tramo de crucero de las Huelgas.

También es deudor de la fábrica catedralicia el sistema de bóvedas de crucería con ligadura longitudi-
nal que tiene la nave, que allí se ven en la central. Y lo mismo se ha de
indicar respecto al recerco apeado en ménsulas que se dispone sobre algunos
arcos de Gamonal (presbiterio, portada y torre). El tipo de dintel con forma
de arco rebajado en su parte inferior que tiene la portada se afilia a la serie
burgalesa de la puerta del claustro de la catedral, que continua en las capillas
del claustro, en San Esteban o en San Gil, y que se extiende a otros
monumentos castellanos.

Todo ello nos lleva a pensar que están presentes
aquí distintas soluciones ensayadas en la fábrica de la catedral, cuyo
extraordinario proyecto requeriría de numerosos operarios y determinaría
una amplia repercusión artística. Tales ecos, por otra parte, no pueden
extrañar dada la condición que el regio templo de Gamonal tiene de iglesia
bajo la jurisdicción directa del Cabildo catedralicio.

Esta misma circunstancia puede explicar incluso la propia iconografía de
la portada y de la clave del presbiterio, donde se efigía la Coronación de la
Virgen, tema mariano que se representaba en uno de los tímpanos,
desaparecidos, de la Portada Real de la catedral y que constituía el motivo
figurado en el sello capitular.

En cuanto a la heráldica del templo, coincide con las circunstancias del
mismo. La antigüedad y patrocinio regio quedan señalados en la clave donde
se recoge la entrega de la iglesia al obispo, afirmándose la tutela real en el
escudo coronado castellanoleonés aparte de que no deja de contener cierta
sutileza ideológica la reiteración de coronas en manos de ángeles en torno a la
Coronación de la portada, así como la propia escena del tímpano y la de la
clave interior, así como la que lleva la Virgen en su Asunción.
El mecenazgo nobiliar se refleja en los escudos que muestra. Destaca, en
primer lugar, el blasón de don Miguel Estébanez de Huerto del Rey,
reiterado en la portada del templo, así como en las armas que rodean a la
clave de la Asunción; parece pues este personaje uno de sus más notables
promotores. Los escudos repetidos en los dos últimos tramos del templo
corresponden a la familia de Pérez Giralte, uno de cuyos miembros, don
Simón, fue alcalde de Burgos.

Se deduce de la morfología arquitectónica y de la iconografía que la
iglesia de Gamonal fue erigida en el último tercio del siglo XIII, época en que
vivía su mecenas Huerto del Rey (fallecido en 1283) y a la que corresponden el
tipo de portada y otros aspectos de la obra. Los blasones de Pérez Giralte en la
nave serían añadidos en el siglo XV, cuando consta que vivían, y tendrá
relación con su intervención específica en la magnificencia del templo, la cual se aprecia al menos en sus puertas.

Se trata de dos hojas de madera, en labor mudéjar de lacería con estrellas de ocho, dentro de las cuales se reiteran escudos cuartelados con las armas del blasón de los Pérez Giralte. Entonces,
también, se pudo colocar al gran florón que hay en la bóveda del pórtico.

Texto de Salvador Andrés Ordax

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